Puente de San Marcos sobre el río Bernesga

El estado es precario y no sólo por la degradación de la piedra sino por el abandono en mantenimiento

Lobo Quirce / Irene Solera
21/05/2023
 Actualizado a 21/05/2023
Puente de San Marcos.
Puente de San Marcos.
De todos es conocido –y muy valorado– el puente que da título a este artículo. Si desempolvamos la historia de esta estructura nos deberíamos situar hacia el siglo XII cuando el obispo de la ciudad entrega la obra para su administración al viejo Hospital de Peregrinos y el rey Fernando II con un buen criterio urbanístico, intenta canalizar el bullir de jacobeos por esta plataforma sobre el Bernesga para evitar aglomeraciones y atascos que perjudicaban la tranquilidad vecinal y el buen comercio de la ciudad.

Probablemente, de aquella obra civil no quedan restos o tal vez pudieran encontrarse en la cimentación de pilas. Lo cierto es que entre los múltiples arreglos y apaños del viejo puente de San Marcos, debemos centrarnos más en algún proyecto de rehabilitación que se cita en 1573 a cargo de los maestros canteros y hermanos Felipe y Leonardo de la Cajiga, obra que retoma Pedro de Llanez allá por el año 1604 y que por fin, será el prestigioso maestro de obra y arquitecto Hilario Alonso de Jorganes hacia 1780 quien parece ser que culmina estos reparos y también modifica la impronta de esta bella obra pontonera que sigue hoy manteniendo reminiscencias medievales, signos renacentistas y estilo barroco. En fin, obra muy matizada por las intervenciones de siglos pero que exhibe gran geometría, estética y belleza en sus venerables piedras. Su historia y vicisitudes de pueden consultar en este enlace del blog ‘Cazando puentes’.

Como decía al principio, todos somos conscientes y conocedores de la categoría del puente como obra civil monumental que deberemos de conservar en su integridad pero que el interés ciudadano por omisión así como la dejadez de las administraciones públicas al respecto, están deteriorando tanto la estructura que a cualquier observador avisado le preocupa mucho su situación actual.

El estado del puente es precario y no sólo por la degradación de la piedra, cada vez más evidente, sino por el abandono en mantenimientos sencillos como sería la limpia, poda y entresaca del matorral y arbolado pegado a los paramentos de la obra civil. En los miles de visitas a variados puentes por toda la geografía peninsular he visto de todo en lo referente a matas y plantas que crecen en las rendijas o llagado de la obra pero aquí, hasta ya medran zarzamoras entre bóvedas y pretiles, en zonas altas, circunstancia que no había constatado en ningún otro lugar y menos, urbano. Este matorral invasivo, no sólo es perjudicial como vegetal sino que suele erosionar el mortero de juntas y las raíces penetran en los sillares con fuerza ocasionando movimientos en las piezas y posibles caídas de las mismas así como fisuras o rendijas por donde penetra el agua de lluvia, dañando y aflojando los hormigones o rellenos interiores de estos paramentos. El crecimiento de arbolado en las inmediaciones es tan brutal que resulta difícil o imposible observar la impronta y geometría de la obra desde cualquier punto donde nos coloquemos así como carece de sentido la fotografía del puente.

La mayoría de los arcos están ocluidos por esta vegetación asilvestrada y ponen en peligro la estructura -por efectos de represas- ante cualquier agresiva avenida que pueda producirse en el río Bernesga y deberemos de acordarnos de las de los años de 2014 y 2019. En mi última visita y es literal, la maraña de vegetación era tan tupida que no he podido acceder a alguna bóveda para inspeccionar la obra. Todavía recuerdo un primer aviso de este deterioro en un artículo para este periódico que se publicó en fecha 26.08.2017 y observo que no se resuelve el asunto.

Por otra parte y ya como daño crónico señalar el mal aspecto de la piedra en algunos paños de muros así como en la mayoría de bóvedas donde las calcificaciones, humedades, mohos y otras reacciones químicas están descomponiendo muchos sillares y dovelas de arenisca a niveles preocupantes sin que hasta la fecha se decida corregir estos daños por los organismos competentes, especialmente la Junta de Castilla y León apoyada por el propio Ministerio de Cultura. Respecto a la flora invasiva y perjudicial puede que llegaran a algún acuerdo el propio Ayuntamiento y la CHD (Confederación Hidrográfica del Duero) para acometer la limpieza y entresaca de vegetación en el entorno del puente pero alguien tiene que dar el primer paso.
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