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Pueden seguir siendo mortales

17/06/2020
 Actualizado a 17/06/2020
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Decían que saldríamos mejor del coronavirus, pero no todo el mundo se lo creía, por razones obvias. Y más si nos referimos a los diputados del Congreso, que como todos sabemos están por encima del bien y del mal y, sobre todo, están fuera de la realidad. No creo que haya algún español que nunca haya criticado a los políticos, da igual de qué partido sean, por los enormes privilegios que tienen. Y no solo por las dietas, los precios casi insultantes de la cafetería de la Cámara Baja o esa superioridad con la que miran al resto de los mortales. Quizá lo que más llame la atención es la capacidad que tienen todos para explicarnos cómo hay que actuar, cómo hay que ser solidario, cómo ellos son mejores que los demás.

Viene a cuento esta parrafada porque son 350 diputados en el Congreso y resulta que solo uno de ellos ha renunciado a las dietas y alojamiento durante el confinamiento, un derecho del que el resto de los beneficiarios ha recibido durante estos tres meses y, por lo que parece, lo han ahorrado ya que ninguno podía ni debía salir de su casa, incluidos los cuatro que fueron elegidos por la provincia de León.

Más allá de que algunos sean de la nueva política, otros de la vieja y otros incluso de la no política, resulta curioso que solo sea uno el que renuncie a estas cantidades, que no son poco: 1.900 euros al mes. El gesto más que altruista, puesto que además pone en evidencia tanto a sus compañeros como al resto de diputados, es de Odón Elorza, un histórico socialista que quizá es el ejemplo de lo que se estila en la mayoría de la política vasca: el sufrimiento durante los años del terrorismo de ETA no es óbice para tener un sentido común que va más allá de reclamar los derechos y, sobre todo, recordarnos que pueden seguir siendo mortales.
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