10/12/2021
 Actualizado a 10/12/2021
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La protesta que han convocado las organizaciones agrarias para el próximo lunes día 13, frente a la fábrica leonesa Lactiber, es una exigencia de que todo el sector del vacuno de leche reciba unos precios por el producto que remuneren la inversión y el trabajo de los profesionales que se dedican a ello. La dramática situación en la que se encuentran las doscientas sesenta familias que producen leche en la provincia de León, después de llevar meses poniendo dinero de sus ahorros, de los préstamos, o de no atender las obligaciones con los proveedores, obliga a una revisión urgente de los precios que levante el sector y devuelva la dignidad. La Ley de la Cadena Alimentaria prohíbe la venta a pérdidas, pero quienes imponen los precios, que son las fábricas y la gran distribución, no tienen alma y su poder a veces doblega a los gobiernos. Juegan con la ventaja de ser pocos y unidos, frente a los que son muchos y no suficientemente unidos, y juegan con la ventaja de que la leche es un producto perecedero que tiene que salir todos los días de las granjas y por ello no permite un desabastecimiento de los mercados. La Junta de Castilla y León ha tenido un buen gesto de aprobar una ayuda urgente y excepcional para tapar agujeros en las carteras de los ganaderos, pero eso no es suficiente. Es un gesto que debería de repetirse por parte del Gobierno de España, que no lo hará, y sirve para poner de manifiesto que efectivamente las industrias españolas, pagando por debajo de costes, están comprometiendo la supervivencia de las explotaciones, están arruinando a familias enteras que no entienden de festivos ni de horarios. Lactiber es una más, ni la mejor ni la peor, aunque razones tendría para ser la mejor por el hecho de tener capital cooperativo, y la protesta ante sus puertas se justifica por ser hoy por hoy la industria láctea referente en nuestra provincia, la que tiene más ganaderos y más negocio, esa a la que miran los demás antes de mover una ficha. Y es la que está más relacionada, más ‘casada’, con una gran distribución, quizás los que mandan.
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