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Programas para la ciudad

30/04/2015
 Actualizado a 07/09/2019
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Un programa electoral debe ser un ejercicio de reflexión sobre el presente y el futuro de una entidad de población. Cuando su ejecución mira exclusivamente por el funcionamiento de los servicios públicos básicos no se produce promoción de la entidad. El núcleo de población se estanca o decrece. Es entonces cuando el número de habitantes cae y empiezan a aparecer problemas de viabilidad financiera. Cuando un municipio pierde población merman también los recursos que recibe. Sin embargo suele pasar que debe hacer frente a deudas que adquirió cuando era más grande. También suele suceder que se encuentra con plantillas grandes que con el tiempo no se justifican para prestar los servicios en un ayuntamiento cada vez más pequeño.

Un ejemplo evidente y dramático lo tenemos en Villablino. El municipio ha perdido mucha población y continúa haciéndolo a ritmos escalofriantes, pero ha contraído grandes deudas y tiene un número de empleados insostenible, que proceden de la etapa anterior, con mucha más población. A esa coyuntura se ha llegado por poner al frente a equipos de gobierno que no se preocuparon de la promoción exterior de la capital lacianiega. Una de las conclusiones que se deriva de este ejemplo es que para ser alcalde no vale cualquiera. Hay que procurar que gane gente con la formación adecuada, personas prudentes y a la vez avispadas para ver qué ventajas tiene su municipio y promocionarlas fuera de él.

Otro ejemplo evidente es el de la capital leonesa. La promoción exterior de León ha sido irrelevante últimamente. Eso se ha traducido en una pérdida de pulso económico, de generación de puestos de trabajo y de atractivo para la inmigración. León no es capaz de fijar población y la pierde cada año. El último censo la sitúa ya en menos de 130.000 cuando llegó a pasar de 140.000 habitantes hace no tanto.

Por eso los equipos de gobierno municipales han de combinar formación para poder hacer las cosas juiciosamente, con dinamismo para ser proactivos y adelantarse a los acontecimientos tomando la iniciativa, y con orden para garantizar que la organización interna del ayuntamiento sea eficaz. Pero además es imprescindible visión global para entender la situación de León en su entorno y trazar las bases para que gane importancia y dimensión. Por lo tanto no valen los equipos de gobierno encerrados en la actividad rutinaria del municipio, como el que termina ahora su mandato en León, ni ediles dedicados al viaje y al discurso en tierras lejanas, como ha sufrido la ciudad leonesa en ocasiones anteriores.
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