Procrastinar

25/04/2015
 Actualizado a 07/09/2019
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Cómo nos gusta. Es muy de españoles eso de procrastinar. Dejarlo todo para el último día, aplazando todo aquello que tenemos que hacer y nos llevan tiempo avisando. Ya lo decía Larra en un acertado retrato social de nuestro país con uno de sus célebres artículos, ‘Vuelva usted mañana’: «Gran persona debió de ser el primero que llamó pecado mortal a la pereza», comenzaba su discurso. Pues sí señor Larra, no se le puede quitar la razón. Yo la primera, que el pasado lunes recibí un mensaje de mi entidad bancaria advirtiéndome de que me pasase por una oficina a digitalizar mi DNI antes del 30 de abril.

He de confesar que cuando lo leí apenas le di importancia. De esto que piensas, «ya iré»… Y al final lo dejas todo para el último minuto, es que es así.
Hasta que esa misma tarde mi padre me advirtió: «Alba, tienes que digitalizar tu DNI o te bloquearán las cuentas». Ahí la historia cambia, ya que mi banco no me avisó de eso en el escueto SMS. Ahora las sucursales parecen la consulta del médico. Por eso de procrastinar. Y hay hasta alguno que se enteró en el propio banco al ver a su vecino realizar la operación. «¿Pero qué es esto de la digitalización del DNI?, Si yo vengo a este banco siempre, me conocen de sobra».

Estos trámites se realizan en aplicación de la nueva normativa contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo. Pero no somos los únicos que lo dejamos todo para el final, ya que incluso los propios bancos y cajas le pidieron al señor Montoro una prórroga para la gestión de este trámite, pero el Ministerio de Hacienda no la concedió.El organismo alegó que desde 1993 las entidades tenían obligación de obtener y conservar la copia del DNI de sus clientes, y en 2010 se dio a les dio un plazo de 5 años para que tuvieran esa documentación digitalizada. Y aun así pedimos más tiempo. Somos incorregibles. A algunos esta medida les parece un insulto, puesto que son clientes ‘de toda la vida’. Pero el tema del blanqueo de capitales, como bien dijo el director general de la Agencia Tributaria es «la repera patatera».

Así que no se olviden de pasar por su banco, y sacúdanse la pereza.
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