Procesan a la etarra que habría dado la orden de asesinar a Cortizo y al ejecutor

Se les imputa un delito de asesinato terrorista y cinco en grado de tentativa, el de la hija de Cortizo y el de cuatro viandantes alcanzados por la explosión

I.H.
07/10/2015
 Actualizado a 18/09/2019
María Soledad Iparraguirre, alias ‘Anboto’, y Sergio Polo, ‘Lur’, a los que se imputa el atentado terrorista que acabó con la vida del comandante Cortizo en León en 1995.
María Soledad Iparraguirre, alias ‘Anboto’, y Sergio Polo, ‘Lur’, a los que se imputa el atentado terrorista que acabó con la vida del comandante Cortizo en León en 1995.
En dos meses y medio –22 de diciembre– se cumplirán veinte años del asesinato del comandante Luciano Cortizo, un atentado terrorista por el que, hasta la fecha, no se ha condenado a nadie. El caso había sido archivado y, al tiempo que se cantara el próximo premio Gordo de la Lotería de Navidad, habría quedado prescrito. Ahora se abre una vía a la justicia después de que se haya reabierto la causa a instancias de la Fiscalía, que ha encontrado indicios contra dos etarras a raíz de la revisión que las fuerzas de seguridad realizan periódicamente de los atentados de la banda sin resolver.

Dos personas a las que sentar en el banquillo de los acusados: María Soledad Iparraguirre, alias ‘Anboto’, y Sergio Polo, ‘Lur’, como presuntos autores de un delito de asesinato terrorista –el del comandante– y cinco de asesinato terrorista en grado de tentativa, el de la hija de Cortizo, de 18 años de edad, que aquel 22 de diciembre de 1995 viajaba con su padre en el coche al que habían adosado una bomba lapa resultando gravemente herida, y el de los cuatro viandantes que fueron alcanzados por la explosión.

Tras analizar el caso y varios informes policiales, el juez Juan Pablo González considera que existen indicios suficientes para imputar a estas dos personas este atentado que fue reivindicado por la organización ETA.

Según recoge el auto de la Audiencia Nacional, Iparraguirre (actualmente presa en Francia), coordinaba los comandos ‘legales’ desde 1994, ejerciendo por tanto, dentro de la estructura de la banda, como jefa de Sergio Polo, al que apuntan como ejecutor del atentado. ‘Anboto’ decía cuál era el objetivo contra el que dirigirse, cómo hacerlo y facilitaba el material explosivo. Sergio Polo habría sido el que recibió la orden de atentar contra Cortizo, y así lo habría hecho. El relato de los hechos recoge que en las fechas del atentado leonés ‘Lur’ (Sergio Polo) residía en Pasajes de San Pedro (Guipúzcoa), en un piso alquilado por él en el que se guardó el material explosivo –facilitado por ‘Anboto’– y se elaboró el artefacto: «Una bomba lapa formada con una carga explosiva de entre 1.200 y 2.000 gramos de cloratita; como dispositivo de seguridad y armado tenía un dispositivo de iniciación mecánico-eléctrico de la marca Coupatan modelo C-63 de 60’; y como dispositivo de iniciación antimovimiento, tenía un tubo de plástico transparente, una bola de acero y sus contactos eléctricos».

Se relata en el auto que unos días antes del fatal atentado, Polo viajó de San Sebastián a León en transporte público y vigiló al comandante Cortizo comprobando que utilizaba habitualmente un coche Ford Orion para sus desplazamientos en la ciudad. Con estos datos, y aprovisionado de un destornillador «alterado siguiendo los manuales de ETA para poder forzar vehículos de la marca Ford antiguos como el del comandante Cortizo, la noche del 21 al 22 de diciembre Sergio Polo accedió al interior del coche del militar destinado en León y colocó, bajo el asiento del conductor, la bomba lapa que él mismo habría preparado.

A las 13:20 horas de aquel 22 de diciembre de 1995, Cortizo y su hija se subían al coche y, cinco minutos después de arrancar y tras circular unos 300 metros, cuando el vehículo estaba parado en un semáforo de la calle Ramón y Cajal –a la altura de la confluencia de las calles Renueva y Abadía– explotó el artefacto. El comandante Cortizo falleció en el acto. Su hija resultó herida de gravedad y, otras cuatro personas, sufrieron lesiones.

El titular del Juzgado Central de Instrucción 3 impone a los procesados una fianza de responsabilidad civil de 1,5 millones de euros y acuerda librar una orden europea de detención a Francia solicitando la entrega temporal de ‘Anboto’ a fin de que se le tome declaración indagatoria en relación con los hechos.En el caso de Iparraguirre, el juez deduce que dio la orden de atentar a Polo a través de una «comunicación orgánica» de ‘Anboto’ a ‘Lur’ fechada entre el 10 de noviembre y el 22 de diciembre de 1995 hallada en un piso alquilado por Polo.

Contra este último describe varios indicios, como documentos manuscritos encontrados en la vivienda con horarios de autobuses a León o el dinero en efectivo que, según la citada comunicación, tenía que entregar ‘Anboto’ a ‘Lur’ en una cita.
Lo más leído