Princesas del guatiné

El éxodo del mundo rural (lo dijo la teje osea que algo significará) está provocando que algunas exiliadas del Grupo de Filósofas de lo Rural con Bata Guateada al Salir al Panadero vayan tomando espacios en León y se las pueda escuchar en las aceras de los barrios o en los parques, incluso en los del centro, a los que ya bajan sin bata.

Así salimos de la monotonía urbana de las frases políticamente correctas, del buen tiempo que hace, de lo guapas que son las niñas de Loli, de cómo está el mundo y sobre todo Cataluña, de qué alto estaba el Rey en Fitur y qué delgada Leticia, de dice que Paquirrín va a trabajar y la hija de Belén Esteban a estudiar o si se puede ser más tonto que Cristiano Ronaldo que pide el aumento de sueldo cuando más malo es y mira Mariano Rajoy que viene a explicar en castellano o español lo que dijo mal en inglés, que es un idioma raro...

Viene a cuento la cosa porque estos soles de enero me dieron la oportunidad de darle descanso al titanio de la cadera en un parque del centro y me puse cerca de dos mujeres que se notaba que habían colgado el guatiné para ir al centro. Hablaban de lo suyo mientras un guto que bajaron del pueblo campaba a sus anchas por las arenas como las dueñas cuando iban a Gijón a la playa de San Lorenzo, que mira que tiene arena.

Llegó un señor de León de toda la vida con un perro de raza con todas las cartillas y como fuera salpicado por el guto juguetón el hombre del traje príncipe de Gales se dirigió a las princesas del guatiné con perro guto suelto.

- Señoras, hagan el favor de atar el perro.

- ¿Porque lo dice usted?

- Por eso y porque a mí me mordió un perro, suelto y sin bozal.

- Pues a mí me mordióun hombre.

Ahí estaba la noticia. Y yo calentando el titanio.