10/07/2018
 Actualizado a 17/09/2019
Guardar
Son muchas las personas que piensan que España necesita más que nunca en este momento un partido solvente y con experiencia, como oposición y como alternativa de gobierno. De la misma forma que es importante que haya un Partido Socialista serio, como en otros tiempos. Nadie duda que el Partido Popular ha tenido mucho peso en la sociedad española y que debería seguir teniéndolo, pero que ha ido perdiendo prestigio y votos, y que necesita una gran regeneración. No obstante, haga lo que haga, siempre tendrá enemigos.

Antes lo criticaban porque se utilizaba el dedo para nombrar el candidato a la Presidencia del Gobierno. Y ahora que se han convocado primarias algunos aprovechan para hacer hincapié en la división interna, como si no fuera normal la existencia de criterios diferentes en los distintos candidatos, como si fuera negativo el debate. Y por eso insisten algunos en que habría que presentar una candidatura única, concretamente la de Soraya por ser la más votada en la primera votación, para ser ratificada por aclamación en el Congreso del Partido. Pablo Casado en cambio quiere seguir adelante defendiendo su proyecto y esperar a la ‘segunda vuelta’, como estaba previsto, porque no se puede acabar el partido en el primer tiempo.

Lo cierto es que en honor a la verdad todos los candidatos tienen grandes valores, son competentes y se supone que no lo harían mal. Lo cual dice bien del Partido Popular. Pero es necesaria una revisión, especialmente en función del proyecto original. No cabe duda que muchos de sus electores se han sentido muy defraudados al ver cómo algunos de sus principios constitutivos se han ido abandonando. Tal vez el más llamativo es el que hace referencia a la defensa de la vida y de la familia. El PP no solo no cumplió lo prometido, sino que abrazó sin problemas la nefasta la ley del aborto de Zapatero.

Al Partido Popular le han hecho mucho daño esos complejos que le han hecho girar hacia las peores ideas de la izquierda. No hay nada peor que caer en esa actitud que tanto abomina el libro del Apocalipsis en aquellos que no son ni fríos ni calientes. Y si por una parte ningún partido, tampoco el Popular, es el partido de la Iglesia, que no se debe casar con nadie, éste debería sin embargo ser fiel a ese principio fundacional de inspirarse en el Humanismo Cristiano, que tanto bien ha hecho a la humanidad. Y esto no todos los candidatos se atreven a recordarlo, o porque no creen en esos valores o porque les da vergüenza. Y aquí Soraya no parece la mejor defensora.
Lo más leído