Prevenir es mejor que curar, por Manuel Bernardo Álvarez

El Covid 19 ha dejado constancia de algo que en Salud Pública es fundamental. Más vale gastar una onza en prevenir, que una libra en curar, decía acertadamente Benjamín Franklin.

Las muertes, el dolor, el sufrimiento por la enfermedad, el gasto en sanidad, el rastro negativo económico y social que dejará el virus Sarscov2, hacen más necesaria e imprescindible la PREVENCIÓN, en Salud Publica. El Sistema Público Asistencial ha resistido por el confinamiento de la población y a base del derroche de valor y vocación de unos profesionales que han batallado contra una enfermedad nueva y por tanto desconocida y llena de incertidumbres, sobre todo en su patogenia, en las lesiones, en los tratamientos y en la profilaxis vacunal.

«El miedo se transmite más rápido que el virus», dice Lopez Goñi y no le falta razón.

El Sistema público de Salud debe ser reforzado y renovado, es ineficaz e insostenible, tomen nota nuestros gobernantes, (múltiples y variopintos), a la vuelta de la pandemia les aguardan largas listas de espera, una atención sanitaria de calidad y personalizada, una población envejecida y diseminada por un territorio vacío. Deben reforzarse y centralizarse en el Sistema público de Salud, los sistemas de detección de nuevas enfermedades y de zoonosis.

‘One health’ es el futuro, la integración de la salud ambiental, con la salud de los animales y las personas. En ella, en UNA SOLA SALUD, están las barreras para prevenir epidemias y pandemias.

Mirando al pasado, en este ‘FORO de IDEAS por LEÓN’ recuerdo la frase que adornaba las pegatinas de algunos de los primeros coches, en la época de los 70, «León: truchas, belleza y porrón» resumía a las claras, pero sin acierto, el discurrir de la economía de nuestra provincia: Medio natural, cultura, turismo, vino y gastronomía, que se tradujeron en incendios, escasez de truchas, desaparición de cangrejos, emigración de jóvenes, despoblación, envejecimiento, desindustrialización y fin de las térmicas y de la minería. El vino sobrevive. ¡Viva el vino!

Ahora es el momento del turismo en la provincia de León, a la que solo falta un ‘cachito’ de mar, para ser la más bella de toda la nación española. Las comarcas de León, desconocidas por la mayoría de sus habitantes, tan parecidas y tan distintas, con las tres montañas, la occidental de Laciana-Babia, la central de la Tercia y los Arguellos y la oriental de Picos de Europa, conforman con otros maravillosos enclaves, siete reservas de la biosfera en la provincia. Se formaron principalmente, por ser cabeceras de las rutas trashumantes, que las ovejas merinas de nuestros antepasados, usaban para pasar el verano antes de invernar en el centro y sur y que se mantuvieron durante más de 5 siglos.

Una de nuestras joyas culturales, y que podría ser la columna vertebral del turismo provincial leonés, son los más de 200 km de Camino de Santiago, y casi la mitad en el Bierzo, con unos paisajes espectaculares. Promocionemos en los países que más nos visitan, ese Camino y el Camino de Invierno y el Camino Olvidado con sus facetas. En el Bierzo podría hacerse además un recorrido circular a pie o en bici, por toda la Comarca en 15 etapas, como se hizo con la Mirada circular, hagámoslo asequible, imaginativo, humano y cálido, es labor de todos.

No todo avanza a la velocidad vertiginosa de internet. La búsqueda de una vacuna para protegernos del Covid-19, nos demuestra en lo más preciado, nuestra salud, que la prevención es imprescindible, que la ciencia no avanza con la inmediatez de un twit, sino que requiere tiempo de estudio, de investigación, de comprobación, pruebas laboratoriales, seguridad y eficacia.

León tuvo y tiene un gran potencial en la industria farmacéutica, Laboratorios Syva, Ovejero, Antibióticos, exploremos esa vía, para crear industrias delegadas en el Bierzo y Laciana y en las zonas asoladas por el cierre de la minería. Se pueden usar las antiguas construcciones de las centrales térmicas desmanteladas. Recurramos a la Universidad de León y a su potencial humano e investigador.

Es prioritario adaptar, mejorando en rapidez, la comunicación ferroviaria con León, desde Ponferrada. Las autovías desde el Bierzo a Orense, a Asturias y la comunicación con Zamora, son deuda permanente, que deben valorar los sesudos hombres, que se apretujan sonrientes, para salir todos en la foto, en las mesas repartidoras de fondos y que en otros tiempos en el mejor de los casos, fueron a parar a polideportivos, a parques infantiles sin niños, a carreteras que se desmoronan y a centros cívicos que parecen palacios de invierno de algún zar ruso. Vacíos e inútiles.

La potencialidad ganadera de los montes, los bosques, los prados o de los caminos y senderos desamparados del Bierzo es enorme. La creación de un parque ganadero público de ovejas y cabras que pudiera ser complemento del Banco de Tierras, que gestiona el Consejo Comarcal del Bierzo, y que podría aprovechar monte, arbusto bajo y matorral muy abundantes y estériles, que llenan de material incendiario nuestros hermosos valles. En colaboración con las juntas vecinales y los ayuntamientos bercianos, la creación de una ganadería móvil, transterminante, que aprovechara esos terrenos baldíos con el fin de producir leche y derivados, carne, completando así un ciclo de producción ganadera y agricultura ecológicas, propias del Bierzo, usando antiguas construcciones mineras como corrales y establos.

Limpieza, acondicionamiento, uso y disfrute, de una Vía Verde que ya está establecida hasta Villablino desde Ponferrada, por el discurrir del antiguo tren minero, hasta que llegue, si llega, el famoso ‘Ponfeblino’ (tren turístico), que sí, nos visita cada cuatro años en las alforjas electorales de avezados políticos, que reparten polígonos, hexágonos, octógonos, aves, carreteras y aeropuertos como el tapiz de las maravillas, pero el «rey va desnudo» (Hans Cristian Andersen) porque no lleva traje.

Espero que en el Bierzo arranque de una vez un Parque Micológico público (más de 10.000Ha) gestionado por el Consejo Comarcal que puede ser un gran centro innovador de formación, de investigación, de producción y de transformación de setas silvestres.

Estas ideas requieren imaginación, esfuerzo, desarrollo e inversión, de los poderes públicos, ahí quedan, y como dice Luis Mateo Diez: «Ojalá que nuestro futuro no sea nuestro pasado».