Prevención ante el radicalismo e integración para evitarlo

Un año después de los atentados de Barcelona, las medidas de seguridad y el nivel de alerta se han mantenido

María Espinosa
17/08/2018
 Actualizado a 19/09/2019
Cinco minutos de silencio frente al Ayuntamiento tras los atentados en Cataluña hace un año. |ICAL
Cinco minutos de silencio frente al Ayuntamiento tras los atentados en Cataluña hace un año. |ICAL
Hace un año el terrorismo atacaba un enclave de la geografía española, el paseo de las Ramblas de Barcelona, horas después el horror continuaba y se trasladaba a Cambrils, donde finalmente se logró abatir a los terroristas. Tras los atentados, varias ciudades españolas reforzaron algunas medidas de seguridad y el nivel de alerta permaneció inalterado. Un año más tarde se han ampliado medidas de prevención y seguimiento y se han mantenido las de seguridad para prevenir atentados terroristas.

Grandes urbes como Madrid o Barcelona pueden resultar objetivos más importantes para los terroristas. Algunas de las medidas pasaban por el refuerzo de la seguridad en grandes aglomeraciones de personas, especialmente en eventos o zonas de turismo. En ciudades de menor tamaño como León, también se puede observar la seguridad en fechas clave como la Semana Santa, cuando era visible la presencia de la Policía Nacional por las calles para garantizar la máxima seguridad.

El Ayuntamiento se encarga de colocar dispositivos que impidan pasar vehículos para evitar ataques terroristasLas medidas de protección en las ciudades se basan, sobre todo, en poner freno a los posibles ataques perpetrados por terroristas utilizando vehículos. Que además, en este último año, un ataque con arma blanca en un vehículo es más probable que un atentado con armas de fuego. Para impedir posibles atentados, se instalaron varias jardineras y bolardos en los centros de las ciudades. Durante las fiestas de León de San Juan y San Pedro en junio de este año la seguridad se vio reforzada con estas medidas. Los maceteros que decoran la plaza de Botines se trasladaron hasta la parte central de la calle Ancha. El blindaje del casco histórico de la ciudad a través de la protección de su mayor vía de acceso fue la principal preocupación en cuanto a la seguridad. Estas medidas se toman por decisión de los ayuntamientos de cada zona. Cuando hay una feria, evento o fiesta, las juntas de seguridad deciden qué dispositivos colocar para prevenir ataques terroristas en vehículos.

Las novedades en seguridad pasan por la prevención de radicalismos y la creación de un centro de coordinaciónLos principales cambios que ha habido en materia antiterrorista respecto a hace un año han sido las estrategias para la prevención de atentados. Para poder llevar a cabo esta labor, las agencias de inteligencia y Fuerzas de Seguridad del Estado vigilan la comunidad musulmana, de forma especial las mezquitas, donde se informa periódicamente de la posibilidad de alguna conducta radical, todo ello para evitar una radicalización como la vista en Cataluña. Para detectar a estos posibles individuos, desde el ministerio de Interior se ha querido formar a sanitarios, trabajadores sociales y educadores, ya que en sus profesiones pueden detectar y alertar sobre posibles conductas radicalizadas. En este sentido se estableció en el Ministerio una nueva perspectiva sobre la prevención en un marco de respeto. De esta manera, se actúa –desde hace un año– ante indicaciones de radicalismo, pero se trata a estos individuos como víctimas, no como enemigos. Esto contempla el plan de prevención que se basa en generar confianza para impedir la propagación de ideas radicales y en caso de que se produjeran, anular la radicalización. El principal recurso que se emplea es la integración de los colectivos con posibilidad de radicalización, ya que generalmente se encuentran en una situación vulnerable socialmente.

Además, se ha creado el Centro Nacional de Coordinación Antiterrorista (CNCA), al que llega toda la información relativa a posibles atentados desde la Policía Nacional, Guardia Civil y CNI para que no se repita la descordinación que hubo en los atentados catalanes. Que es, por otra parte, una diferencia clara entre ciudades como Barcelona y León, donde no hay un cuerpo de seguridad propio.

Las medidas de seguridad se han mantenido y las de prevención han aumentado con un carácter más social y educativo. Un año después de los atentados, la sociedad es consciente del nivel de alerta que existe, pero no deja que eso afecte a su vida diaria.

Qué hacer si hay un atentado

Después de los atentados, el gobierno estableció un protocolo de actuación ante estos casos, en el que se especifica cómo se debe actuar si se produce un ataque. La primera recomendación es sobre el conocimiento de las vías de evacuación en lugares que se frecuenten de forma habitual como el trabajo, o sitios que aglomeren a un gran número de personas. En caso de localizar un objeto  bulto sospechoso se debe alertar a la seguridad del centro para que procedan a su manipulación.

Si se produce un atentado, se recomienda alejarse del peligro siguiendo la ruta más segura y evitando lugares en los que quedarse encerrado, como un ascensor. La calma es fundamental en estos casos, así como evitar recoger pertenencias y no grabar imágenes del ataque o de las víctimas. Tampoco se debe fingir haber sido abatido y se ha de alertar a otras personas para que no se aproximen. Se tienen que seguir las indicaciones de la seguridad, al igual que protegerse, esconderse y silenciar los teléfonos móviles para hacer el menor ruido posible. Y tan pronto como se pueda, se deberá alertar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y aportar el máximo posible de detalles que recuerde.
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