10/04/2020
 Actualizado a 10/04/2020
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En las páginas de economía de la prensa generalista del pasado martes se podía leer la noticia de que «el supervisor vigilará que la banca no venda seguros al dar préstamos avalados por el ICO». Esto surge a raíz de denuncias de autónomos, en las redes sociales, a los que su banco amigo, a la hora de pedir un préstamos avalado por el ICO y diseñado con motivo de la pandemia, le obliga a suscribir un seguro de vida con el fin de afianzar más la operación, de tener un margen comercial, o de ambas cosas a la vez. En el año 2017, con motivo de la sequía que asoló Castilla y León, el Gobierno regional puso a disposición de agricultores y ganaderos unos préstamos para inyectar liquidez, cuyos intereses subvencionaba la Junta, y que garantizada la empresa pública Saeca previo estudio de la solvencia del interesado. La consejería de Agricultura, para gastar pocos fondos, forzó un acuerdo con la banca a un tipo de interés realmente bajo, tanto que a los banqueros no les salían las cuentas. La solución de muchos banqueros fue buscarse las habichuelas vendiendo productos parafinancieros con amplio margen de beneficio, y para eso nada como un seguro de vida que comisiona el veinticinco por ciento de la prima anual durante toda la vida del préstamo. Véase que en este caso que relato, como ocurre ahora con los préstamos ICO de la pandemia, el seguro de vida no era necesario para afianzar una operación que ya estaba garantizada por el Estado, por lo que su fin era únicamente comercial. En el caso de los préstamos agrarios nos desoyó el servicio de atención al cliente de la gran banca, nos toreó el Banco de España, y no contestó a las quejas de los afectados la entonces consejera de Agricultura y Ganadería, Milagros Marcos. Cuando digo no contestó me refiero a que escritos con registro de entrada en los que cada particular contaba su caso, dirigido a quién tenía que ser garante de los acuerdos, siguen olvidados en los cajones de los asuntos que no interesan de la administración competente. Y, por cierto, la prensa que sigue lo agrario se alineó con la versión oficial.
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