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Precio a la salud rural

14/10/2019
 Actualizado a 14/10/2019
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Creo que en alguna otra ocasión le he criticado decisiones que afectan a los pueblos leoneses y que se toman desde un despacho de Valladolid o de Madrid –por no ir más allá– y que las resuelve quien no ha salido de la capital en su vida. Centralización de estructuras, mejora de los servicios, economizar recursos o gestionar con eficacia le llaman a lo que en la práctica es cerrar una escuela, eliminar rutas de autobuses o frecuencias de trenes, agrupar ayuntamientos o poner el candado a los consultorios médicos.

Esto de cerrar consultorios en los pueblos es la última salida de una administración autonómica negociada desde Valladolid que después de lanzar la ofensiva o filtrarse parte de su contenido tuvo que matizar que por ahora se trata de una ‘experiencia piloto’ en la comarca zamorana de Aliste. Y matizo lo de ‘por ahora’ porque la realidad de esa comarca no es muy distinta a lo que ocurre en el resto de zonas rurales de Castilla y León donde el cartel de ‘no hay consulta’ o los médicos que pasan una vez a la semana, la semana que toca, es lo más habitual.

Y si no se lo cree, pregunte a la gente de la Maragatería, en La Cabrera o en la Montaña leonesa qué ocurre con el médico o la enfermera, que seguramente le digan lo mismo que un señor de ochenta que vive en el Cerrato Palentino, en la comarca de Sanabria, en la Sierra de Francia salmantina o en Las Merindades de Burgos donde salvo excepciones los profesionales sanitarios ponen su empeño para ofrecer la mejor atención sin que esta se vea compensada por parte de la administración. Y por eso se van a trabajar a Portugal o a Europa, con la falta que hacen aquí.

Pero ahora, cuando parecía que el tema de servicios sanitarios en el medio rural no iba a ir a peor llega la ocurrencia del ‘plan piloto’ con la gente de Aliste como justificantes y malogrados de una presunta necesidad de ahorrar recursos en unos pueblos donde con el cura, acaso con un poco de suerte, y los cuatro vendedores ambulantes que pasan semanalmente con la furgoneta, el médico es el único servicio que les queda hasta que alguien con mala idea decida poner precio a su salud.
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