Precaución, amigo 'ciberconductor'

La irrupción de la tecnología en los vehículos para mejorar la seguridad vial lleva a la DGT y al Incibe a proteger las nuevas herramientas de los 'crakers'

Alfonso Martínez / Víctor S. Vélez
27/02/2023
 Actualizado a 27/02/2023
Infografía con los ciberataques más habituales que sufren los conductores. | L.N.C.
Infografía con los ciberataques más habituales que sufren los conductores. | L.N.C.
Al igual que ha venido ocurriendo en la práctica totalidad de los ámbitos de la vida, la tecnología se introduce cada vez más en nuestros vehículos en un proceso que parece imparable y que tiene como principal objetivo reducir la siniestralidad vial, aunque sin descuidar la búsqueda de un mayor confort para los conductores a la hora de ponerse al volante y también para los pasajeros que puedan viajar junto a ellos.

Y como viene ocurriendo también en la práctica totalidad de los ámbitos de la vida, la ciberseguridad es un campo que gana importancia a medida que la tecnología se adueña de nuestros quehaceres diarios, entre los que coger el coche no iba a ser una excepción.

La plataforma DGT 3.0 tiene geolocalizadas las grúas de todo el país y las luces V-16, obligatorias desde el 2026 En este proceso de progresiva digitalización de los vehículos están trabajando codo con codo tanto la Dirección General de Tráfico, a través de su plataforma DGT 3.0, como los fabricantes del sector de la automoción, que llevan años desarrollando sus propias herramientas para ofrecer nuevos servicios a sus clientes, la mayoría de los cuales se concretan a través de aplicaciones móviles y ordenadores de a bordo.

Y en ese proceso cobra especial relevancia el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe) a la hora de prevenir las conductas delictivas de los denominados 'crakers', tal y como explica el subdirector general de Movilidad y Tecnología de la DGT, el leonés Jorge Ordás, quien explica en declaraciones a este periódico los avances que se han dado ya en cuanto a vehículo conectado y autónomo y también sobre los que se nos avecinan en el futuro.

Son cuatro años los que la DGT lleva trabajando ya en su plataforma, que ya tiene implementadas funciones como la geolocalización de las grúas de toda España, los parkings de Málaga y Valladolid o las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) de Madrid y Barcelona con el objetivo de ir ampliándolas al resto de las ciudades próximamente.

V-16 para evitar atropellos


Pero una de las herramientas más importantes en este sentido es la V-16, una luz naranja que ya puede sustituir a los triángulos de emergencias y que será obligatoria en todos los vehículos a partir del 1 de enero de 2026 con el fin de evitar la muerte de los 126 peatones que fallecieron arrollados el año pasado en España por bajarse del coche para señalizarlo tras un accidente o una avería. Ordás recuerda que la luz debe ser conectada y actualmente hay solo tres fabricantes, pero la cifra crecerá en poco tiempo y eso hará que baje el precio. Esta herramienta permite que el conductor, sin bajarse del coche, saque la luz de la guantera, la encienda y la coloque encima a través de la ventanilla. Esto hará que sea visible desde una distancia de un kilómetro y que nos llegue la información de sus coordenadas a la plataforma del vehículo conectado para poder avisar a través de los paneles de mensaje variable y a aquellos conductores que tengan aplicaciones como Waze, Google o TomTom. De esta manera, se reduce el efecto sorpresa de aquellos vehículos que se acercan a ese punto donde ha habido un accidente o una avería. "Es un caso de aplicación del Internet de las Cosas, al igual que ocurrirá próximamente con el casco conectado, que esperamos que pueda comercializarse en el primer semestre del año. Quien vaya en una moto podrá escuchar a través de un mensaje de voz información de lo que se va a encontrar en la carretera. Si un coche saca su luz V-16, el que venga detrás con una moto será avisado de que hay un vehículo detenido ocupando el carril derecho de la vía. Así intentamos reducir la siniestralidad entre los motoristas, que es uno de nuestros principales problemas. El fabricante del casco tiene desplegados unos servicios en la nube y eso ha de comunicarse con DGT 3.0. Por lo tanto, en materia de ciberseguridad, lo importante es proteger el camino que hay entre nuestra plataforma del vehículo conectado y las de los fabricantes. Y serán ellos quienes se encarguen de asegurar el canal entre su plataforma y los vehículos", expone Ordás.

Los ordenadores de a bordo se actualizarán con servicios como vídeos o seguros que ‘vigilan’ la forma de conducir E igual que ocurre con la V-16 o con el casco ocurre con el ordenador de a bordo, que puede ofrecer infinidad de servicios a los ocupantes del vehículo. "Cualquier marca puede ofrecer a través de la nube herramientas como diferentes emisiones de vídeo en 'streaming', localización del taller más próximo o un seguro en la modalidad 'pay as you drive', que supone un coste que en función de cómo se comporta el conductor al volante", agrega el subdirector general de Movilidad y Tecnología de la DGT.

Más allá del vehículo conectado irá incluso en el futuro el autónomo. Desde julio del pasado año, todos los vehículos nuevos que se homologan tienen que venir con los denominados Adas, que son los Sistemas Avanzados de Asistencia a la Conducción. Se trata de sistemas que eviten que el vehículo se salga del carril o choque contra el que circula delante. Un sistema que detecte si el conductor se está durmiendo o que guarde en una caja negra todo lo que ha ocurrido antes de un accidente. Y esto protege al conductor, pero también al peatón o a los demás usuarios vulnerables de la vía (ciclistas o motoristas). "Estos sistemas permiten llevar al vehículo a un grado de autonomía de nivel dos, pero no llegaríamos aún al nivel tres, en el que el conductor puede quitar las manos del volante y olvidarse. Lo que tenemos ahora entre manos, porque nos lo encomienda la nueva Ley de Tráfico, es redactar un reglamento sobre estos vehículos autónomos a fin de garantizar que resuelven cualquier incidencia que se puedan encontrar al mismo tiempo que es capaz de respetar toda la normativa de circulación. Llegará un momento en el que nos vendan, por ejemplo, la versión 2.1 de un coche. Y la marca conseguirá con el tiempo consigue avanzar en funcionalidades para los ordenadores de a bordo. Y esa funcionalidad nos la van a cobrar para que nuestro coche pase a ser más seguro o a tener otros elementos de fidelización o de entretenimiento", detalla Ordás.

Ciberseguridad, gran aliada


Y para garantizar el buen funcionamiento de todo este tipo de herramientas tecnológicas es fundamental la ciberseguridad. Aunque hasta la fecha no se han detectado "demasiados problemas" en este sentido, el responsable de la DGT asegura que se está trabajando en una "política muy seria" a la hora de prevenir la acción de los crackers. "Aquí en León podemos sacar pecho de contar con el Incibe y lo que está claro es que, a medida que vayamos teniendo más vehículos conectados o autónomos, este asunto va a ir ganando relevancia. No lo debemos de tomar en ningún caso como una cuestión de la que nos podamos evadir. Hemos de hacerlo todo con criterios de ciberseguridad y así lo estamos haciendo después de llevar a cabo un análisis muy profundo de todos los problemas. De hecho, formamos parte del grupo de Naciones Unidas que estudia los ataques y la ciberseguridad ante la posibilidad de que en el futuro los coches sean tengan cada vez más software para que puedan actualizar su funcionalidad. Todo esto hay que protegerlo. Por lo tanto, creo que la ciberseguridad es un vector creciente en las políticas gubernamentales, pero también lo es en el sector privado. Por eso debemos desear mucha suerte al Incibe, que por delante tiene un reto enorme a la hora de colocar a España en una buena situación para abordar todos estos cambios", concluye Ordás.

Las marcas invierten cada vez más en seguridad ante la mayor digitalización de los vehículos que fabrican Y precisamente desde el Incibe, organismo estatal ubicado en León, confirman que la "dependencia tecnológica" de los vehículos "se ha multiplicado por varias magnitudes en los últimos años". Puertas, ruedas y frenos, además de los evidentes dispositivos electrónicos, provocan que se incremente la "superficie de exposición y, por tanto, los riesgos" para cualquier 'ciberconductor'.

Los ciberataques más frecuentes que sufren los vehículos van vinculados a intentos de robo, bloqueando llaves y generando duplicados para este fin. En 2015, tal y como detallan desde el Incibe a este periódico, investigadores en ciberseguridad ya demostraron que podían parar un coche que circulaba por una autopista. De esta manera, un ataque malintencionado podría llegar a controlar de forma remota cualquier aspecto de la conducción, con los evidentes peligros que esto generaría para todos los usuarios de la vía.

De la misma manera, los ciberdelincuentes podrían atacar los sistemas de navegación para manipular las rutas o robar información del usuario, especialmente cuando tiene su ‘smartphone’ conectado al vehículo. El instituto ubicado en el barrio leonés de La Lastra asegura que los fabricantes trabajan para evitar este tipo de incidentes invierten más en sus softwares con "protocolos y sistemas más robustos". "El usuario además debe tener un comportamiento responsable, y si el vehículo le permite definir una contraseña o un sistema de autenticación para apertura o encendido debe utilizarlo de forma responsable. Los sistemas de entretenimiento o de navegación y mapas del vehículo no deben ser manipulados o utilizados para instalar software no autorizado por el fabricante, y siempre que exista una actualización que deba instalar debe hacerlo", valoran desde el Incibe.

Buenas prácticas tecnológicas


En este sentido, los expertos aseguran que, al igual que sucede con el aceite, los frenos o cualquier otro elemento de un vehículo, el conductor también tiene que vigilar diferentes aspectos vinculados a la tecnología. Especialmente, desde el Incibe reclaman más atención a la hora de conectarse a redes inalámbricas o vincular dispositivos, los cuales podrían estar infectados y aparcar también sus 'malwares' en el coche.

La DGT también recomienda una serie de buenas prácticas para que el conductor conviva con la tecnología. Una de las principales es la de mantener actualizados todos los 'softwares' y aplicaciones del vehículo. Otras pautas serían escanear todos los USB antes de conectarlos y prestar especial atención a los puertos del tipo OBD2, ya que son "una puerta muy tentadora para los cibercrimales". Igualmente, para evitar el robo de vehículos, recomiendan utilizar unas bolsas protectoras que inhiben los accesos indeseados.

La línea gratuita del 017 del Incibe resuelve desde León las dudas de ciberseguridad que tengan los conductores Por lo tanto, como casi en cualquier otro aspecto relacionado con la conducción, la recomendación general es mantener una actitud precavida y ser consciente de los riesgos de la convivencia con la tecnología. No obstante, ante cualquier duda o respuesta a posibles ataques desde el Incibe tienen a disposición de la ciudadanía la línea gratuita del 017. Este servicio de ayuda en ciberseguridad atiende los 365 días del año desde la capital leonesa incidencias de este tipo por teléfono, correo electrónico y canales de mensajería instantánea como WhatsApp o Telegram.

La ciberseguridad se presenta así como un nuevo cinturón al que 'abrocharse' cada vez que un conductor se monta a un vehículo en este siglo XXI que no deja de avanzar. Con ella al volante, y con la precaución como copiloto, los adelantos tecnológicos que día a día llegan a los coches solo traerán consigo ventajas y una menor cantidad de riesgos para todos los usuarios de la vía.

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