Potajero, una fórmula mágica

01/04/2016
 Actualizado a 03/09/2019
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Antes de que las agencias de publicidad se hicieran de oro buscando una palabra o una frase los pueblos ya habían comprobado que el nombre que se le pusiera al evento que querían celebrar era responsable de más de la mitad de su éxito.

La otra casi mitad de la fórmula mágica se ha descubierto que radica en dar algo gratis. Y si es de comer, mejor que mejor.

El Santo Potajero nació con las dos bendiciones, la del nombre y la de la comida. Y una tercera, celebrarse en La Bañeza, donde las tradiciones echan raíces con más fuerza que en casi ningún lado.

No me digas que escuchas el nombre del Santo Potajero lejos de esta tierra, sin saber nada de la tradición, y no viajas a las entrañas del Tío Google para averiguar en qué consiste la vida de este santo que regala potaje y bacalao.

No te quepa ninguna duda que en el crecimiento de la leyenda de otro santo singular, Genarín, tiene mucho que ver ese nombre tan pequeño para un santo tan grande. Y, sobre todo, no dudes que multiplica el interés que despierta saber que fue «borracho, putero y pellejero», ‘apellidos’ que jamás pasan por alto los medios de comunicación nacionales.

Y despierta curiosidad saber que en Murias de Paredes «queman la vieja» o que en el lunes de aguas los salmantinos van a buscar a las prostitutas que habían enviado al otro lado del río. Y si dieran un plato de morcilla...
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