Por un baloncesto unido

15/06/2018
 Actualizado a 07/09/2019
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Igual que en el caso de la Cultural había que remontarse varias generaciones atrás para conocer a aquellos que disfrutaron de la Segunda División, en el baloncesto empieza a verse cada vez más lejos la etapa dorada que se vivió en León.

Aquel desplazamiento masivo para conseguir el primer ascenso. Aquel pabellón lleno a reventar y convertido en una caldera cada vez que jugaba el Elosúa. Aquellos Essie Hollis, Reggie Johnson, Xavi Fernández o Corny Thompson, entre muchos otros, que se convirtieron en ídolos de la ciudad. Aquella vuelta gloriosa y tan peleada frente al CAI Zaragoza. Y también, por desgracia, su duro descenso hacia el infierno en los años siguientes que acabaron culminando en la desaparición.

Recuerdos imborrables. Prueba irrefutable de que León es una ciudad de baloncesto. De que es también ese ‘gigante dormido’ al que Rubén de la Barrera se refería en su despedida de la Cultural. De que hay una afición que, si el proyecto le invita a ello, despertará y se unirá a él.

Pero, al haber saboreado lo más alto, el listón está también muy arriba. Y se necesitará ver cerca la Leb Oro para engancharla. Una misión difícil, que ha quedado demostrado que los clubes leoneses no pueden alcanzar por separado.

Es momento de aparcar las diferencias, aunque sean muchas. De eliminar los egos. De que todo el mundo de un paso atrás y esté dispuesto a ceder. Por un baloncesto unido, Agustinos y Basket León deben llegar a un acuerdo. Todo León ganará con él.
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