Por sus obras o por sus zapatos

10/11/2021
 Actualizado a 10/11/2021
10-11-2021-a-la-contra.jpg
10-11-2021-a-la-contra.jpg
La ficción se ha adueñado de nosotros y nuestras vidas. Aquello del ojo que todo lo ve de las películas y los cristianos ya no es un dogma de fe, es una realidad diaria.

Siempre hay una cámara apuntando a tu vida.

No delincas pues estará tu cara grabada. Pedirán las imágenes de las cámaras del banco, del colegio, la comisaría, la casa de los señores de los barrios ricos, la tienda que apunta al mostrador y la acera, el móvil de quien se estaba grabando a sí mismo, el móvil de quien grababa por grabar...

Y, si no apareces, harto complicado a la vista de tanto ojo que todo lo ve, vuelve a entrar en juego la ficción, las series que han llenado de alumnos las facultades de Criminología y sabrán quién eres, dónde estuviste y todos tus pasos por detalles que ni se te pasan por la cabeza. Lo de no dejar una colilla en el lugar de autos ni se te ocurra, no es que deduzcan aquello tan viejo de que «aquí se ha fumado», es que sabrán toda tu vida, escrita en ese libro blanco que nunca imaginamos que existía y que se titula ADN. Estás perdido amigo.

Y, si no, las huellas de las ruedas del coche, las de tus zapatos de marca, las de tus pantalones rotos...

Ya es muy viejo el lema de que «por sus hechos los conoceréis», ¡qué más quisiéramos, ahora te conocen por todo. Hay un ojo que todo lo ve.
Lo más leído