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¿Por qué somos de los Reyes?

05/01/2019
 Actualizado a 16/09/2019
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Esta noche llegarán los Reyes Magos. Junto con la madrugada de Jueves Santo, seguramente sean las dos noches más importantes del año. Dos madrugadas totalmente distintas, pero que cada año renuevan los nervios y la ilusión.

Gracias a esta noche mi Navidad tiene sentido; con ella, el concejal Pedro Llamas culminará unas fiestas que le situarán entre los mejores concejales del ramo. Y no digo que le coronarán como el mejor, con permiso de Maximino, porque a petición popular y como buen concejal oyente que es (abierto siempre a todas las peticiones y tendencias), un año más, ha situado al personaje que va de rojo y rodeado de elfos, a la misma altura que los Reyes Magos, entregándole las calles.

A su favor diré que la Cabalgaza fue magnífica y cumplió con su objetivo, calentar el ambiente Navideño como un buen telonero. Sí, sí, han leído bien, telonero, porque es imposible equiparar a este personajillo inventado con sus majestades de Oriente. Los Reyes Magos existieron y existen, sobre Papa Noel hay tantas dudas como el clásico miedo a tomarse un vaso de leche después de cenar si después te ibas a zurrar unos Dycs Cola por aquello de que ‘se cortaba’.

Papa Noel se ha puesto de moda y esto se nos ha ido de las manos, vayas donde vayas, todo el mundo preguntaba al pequeño Dimas qué le había traído Papa Noel; y nuestra respuesta fue siempre la misma: nada, nosotros somos de los Reyes. Pero lo sorprendente es que quien te había preguntado eso, respondía: «Muy bien, nosotros también». Saquen sus propias conclusiones.

Muchos son conscientes de que lo hacen está muy mal, se justifican diciendo que es sólo un pequeño detalle e incluso, los más osados carentes de argumentos, te dicen que es: «porque ha nacido el Niño Jesús». ¡Pamplinas!

Esta noche, los traidores que han adorado a Santa, correrán a coger sitio en la Cabalgata. Los habrá que irán hasta con silla plegable y paraguas para trincar más caramelos, pero sobre todo con la idea de redimir sus pecados, sin saber qué decir a sus hijos cuando estos vean a sus majestades en las carrozas, y les pregunten que por qué no son de los Reyes. Intentarán solucionarlo cometiendo el mayor de los errores, emborrachar a los chavales con regalos y quitarle magia al momento. Esta noche seremos de los Reyes y comeremos roscón, pero ellos que no son tontos, sabrán quienes se apuntaron al carro de los renos mientras gritaban «¡ho ho ho!» y quienes siguen siendo fieles a los que tan feliz les hicieron. Algo así como en la política actual, en el que las nuevas corrientes están cegando a muchos que ven el dorado al dar la vuelta a la esquina.
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