¿Por qué bailaron los resultados de Vox y el PSOE?

La numeración de estas dos candidaturas en las actas en papel no se correspondía con la de las PDA, estaban cambiadas

I. Herrera
04/06/2019
 Actualizado a 18/09/2019
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¿Por qué el baile de votos se ha dado entre Vox y el PSOE y no entre Ciudadanos y Podemos, por ejemplo? ¿Se producen estos fallos en los resultados en todos los comicios o ha sido sólo esta vez? ¿Ha sido un fallo tecnológico o humano? ¿Se pueden equivocar en un mismo sentido distintas personas en distintos lugares? Desde el pasado lunes los interrogantes no han dejado de crecer. El domingo por la noche los resultados electorales dibujaban un escenario político que, en cuatro días, cuenta con un partido menos y una opción que pasa de estar empatada con la segunda fuerza a tener un concejal más que ésta.

¿Qué es lo que pasó? Que en algunos casos en la transmisión de los resultados se usaron números para identificar a las candidaturas en lugar de la denominación, y los números no coincidían con los de la plantilla que tenían al otro lado del teléfono o en la que se había introducido en las PDA para su incorporación al Centro de Totalización de Datos (que seguía el orden en el que aparecían las candidaturas publicadas en el Boletín Provincial de la Provincia del 30 de abril). Así, el partido que en el papel era el 2, Vox, en el dispositivo tecnológico era el 3, y el PSOE era el 3 en papel, pero el 2 para quien recibía el escrutinio.

¿De quién fue el error? Del humano. Ni de la máquina ni del sistema, pues se había instruido, e insistido, desde la Administración que los resultados debían darse por el nombre de la candidatura, obviando cualquier otra referencia como podría ser el número que aparece junto a la misma (tal y como se puede observar en la foto). De hecho, lo que procede es que sea la propia mesa la que anote a mano los nombres de los partidos, pero en ciudades grandes y con muchas candidaturas se ofrece un acta con ellos escritos como herramienta auxiliar, para evitar confusiones y ahorrar tiempo.

Y eso pasó, que esa acta que ya venía rellena no coincidía con la oficial, y a la hora de ‘cantar’ los resultados hubo quien obvió la instrucción de hacerlo por candidaturas y lo hizo a través de los números.

En todo caso, ni es algo excepcional ni hubiera pasado inadvertido, ya que los resultados de la noche electoral son provisionales y los definitivos no se obtienen hasta que tres días después de la jornada de votación se realiza el escrutinio en la Junta Electoral. Es decir, aunque no hubiera habido tanto revuelo, el miércoles se hubiera detectado el desfase entre el acta en papel y el acta del sistema informático. De hecho es habitual que los datos de la jornada electoral no coincidan con los del escrutinio definitivo, no sólo porque queda sumar el voto Cera a las candidaturas, sino porque estos errores se dan. Lo que sí es cierto, es que hasta la fecha no se habían vivido resultados tan ajustados en los que un puñado de votos puede modificar por completo el panorama político, como ha sido el caso.
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