Por los antiguos caminos del Esla

La calzada romana entre Valdoré y las Salas, una de las rutas de la conquista en el norte de la península

Vicente García
26/01/2018
 Actualizado a 18/09/2019
El Pajar del Diablo. | VICENTE GARCÍA
El Pajar del Diablo. | VICENTE GARCÍA
La orografía de la provincia de León es muy complicada y en la época romana tuvieron que realizar grandes esfuerzos y enormes obras de ingeniería para abrirse paso entre las montañas si querían dominar las tribus del norte. Para ello construyeron calzadas como ésta, paralela al río Esla por la vertiente izquierda, menos expuesta a las inclemencias aunque no contaban con las avenidas del río y en algún tramo debieron excavar la roca para hacer algo de base donde caminar.

La calzada ha recibido varios nombres y en el recorrido alternan unos con otros. Dicen que iba desde Mansilla hasta Potes, la lebaniega y hasta Asturias la Saliamica. Luego fue denominada de otras maneras como la calzada real y se mantienen actualmente en los carteles. Anteriormente se ha hablado del camino lebaniego en este mismo medio (LNC 15-3-2017) haciendo la ruta de Verdiago a Horcadas. Sin embargo en este artículo se hablará solo de la ruta PR LE 36 que va desde Valdoré a las Salas y que está bastante bien señalizada con citas de historiadores en distintos paneles.

La ruta puede hacerse en cualquiera de los sentidos y resulta muy entretenida y gratificante y tiene varias posibles salidas, tanto en Villayandre, como en Crémenes.

Desarrollo de la ruta


Se inicia la ruta en la localidad de Valdoré, concretamente en las Ventas de Valdoré, donde hay un restaurante y al lado de la carretera se encuentra el panel de comienzo del recorrido.

El camino va entre robles jóvenes en ligera subida dejando el río a la izquierda. Se trata de un sendero sencillo que pasa en un momento determinado por unas praderas, pero continúa dentro del bosque. Poco después se cruza el arroyo de Redimuelas y el camino se hace cada vez más arisco, con una fuerte caída hacia el río y adentrándose en un murallón rocoso a la derecha del que en algunos lugares se han desprendido grandes peñas. En este tramo se puede apreciar perfectamente el tipo de construcción de las calzadas romanas, con grandes lajas y muros que soportaran el firme en determinados lugares, mientras que la zona rocosa ha sido tallada para contener perfectamente la caja del camino.

Tras pasar bajo las altas rocas donde anidan los buitres, se llega a la zona del Pajar del Diablo, donde tras una subida se alcanza una hendidura en la misma roca, lo suficiente para el camino y desde este lugar se dejan de ver los montes de Valdoré y se pasa a ver la vega de Crémenes con las Peñas Pintas y el Jaido presidiendo el paisaje al fondo. Tras la subida hasta el Pajar, llega el descenso también por camino enlosado, para poco después seguir por bosque y llegar a los prados de Villayandre, donde hay que salir a la carretera, andar un corto trecho por ella y seguir por un camino a la izquierda antes de pasar el pueblo, si se desea se puede pasar por el casco urbano siguiendo la carretera y tomar un camino hacia el oeste al final del pueblo. Se va por una zona de vega muy cómoda y llana con el pico Aguasalio dominando el Este y las Pintas el Norte. Se llega al puente de la carretera de Argovejo y se sigue por la misma carretera hasta llegar a la ermita de Pereda, donde el camino gira a la izquierda para continuar entre prados de ribera, con un castro a la derecha señalizado en un panel historiado, para cruzar poco después el arroyo del Condobrín y comenzar en la zona de camino al lado mismo del río, con las altas murallas de los picos de Condobrín y del Jaido. A continuación se sigue al lado del río, acercándose y alejándose de sus riberas, entre prados y montañas, para llegar poco después al refugio de pescadores que está un poco destartalado y debiera repararse porque se encuentra en un lugar muy agradable. Se sigue después entre las sabinas que se van viendo desde Crémenes y que en este lugar llegan al camino y al cauce del río Esla.

Tras pasar por unas amplias praderas se comienzan a ver las casas del cruce de Lois, del otro lado del río. A partir de este lugar el camino está en muchos tramos excavado en la roca y se pueden ver perfectamente en el suelo las huellas de las carretas que pasaron durante siglos, siempre bajo la mole de las Peñas Pintas hacia el norte. Es necesario bordear la montaña y después de llegar al 'Area recreativa de las Salas', se anda poco más doscientos metros para encontrar el puente que cruza hacia el pueblo, saliendo a la carretera y a la iglesia donde hay un cartel de otra ruta, y que es donde finaliza ésta.
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