Por las Médulas del Bierzo

La explotación aurífera romana dejó un paisaje modificado por los ingentes movimientos de tierra para extraer el oro de la zona, donde cabe destacar varias lagunas

Vicente García
27/12/2019
 Actualizado a 27/12/2019
La vista hacia la explotación romana. | VICENTE GARCÍA
La vista hacia la explotación romana. | VICENTE GARCÍA
Si en rutas anteriores se ha hablado de la minería romana del oro, tanto en las Médulas bercianas, las más conocidas y reseñadas, y de las Médulas de Carrizo y Astorga, en esta ocasión se vuelve a mirar a las primeras con una ruta muy interesante y entretenida que puede abordarse en cualquiera de las direcciones, ya que se trata de una ruta lineal, por lo tanto debe tenerse en cuenta la infraestructura de transporte pues la diferencia de lugares entre el inicio y el fin es de bastantes kilómetros.

Se trata de una ruta recientemente señalizada, por lo que está muy bien para llevarla a cabo en cualquiera de las direcciones, con una posible variante a mitad del camino, en ese punto se debe elegir entre un desfiladero y la subida a un colladín y la visita a la cueva, en esta ocasión se ha optado por la segunda alternativa aunque la primera también es viable, pues va al lado del río de la Balouta, muy encajonado en el fondo del barranco, y sin ninguna ascensión.

La ruta

Su inicio se realiza en la localidad de las Médulas. Desde el Aula arqueológica que es interesante visitar quien no la conozca, se entra en el pueblo siguiendo a lo largo de su calle principal hasta llegar a la altura de la iglesia, que queda al final de una calle a la izquierda. Sin ir por esa calle se sigue por el lado ontrario, a la derecha y poco después de nuevo a la derecha. Hay dos rutas posibles: la del mirador de las Pedrices y la del lago Somido, que es la que se sigue y están bien señalizadas.

Poco después de salir del pueblo se llega a la primera laguna, la laguna Pinzáis, para a continuación, tras un pequeño paseo llegar a la laguna Larga, más grande que la anterior. El camino sigue a su lado y al final se llega al lago Somido, el más grande de los tres. Dicen los habitantes del lugar que es muy bonito cuando hay nenúfares, pero ahora no es el caso y sí hay bastante agua en las tres. El lago Somido es bastante largo y conviene seguir por su ribera derecha para ir al bonito mirador del Chao de Maseiros, desde donde se pueden ver con detenimiento muchos de los detalles de la explotación romana de las Médulas, tales como los desmontes a la derecha y al fondo el lago de Carucedo y toda la vega del lago.

Para volver se va por la otra ribera del lago Somido hasta alcanzar el camino que se tomó al llegar al lago que se va a seguir en la mirma dirección que se traía hasta un pequeño colladín, tras el cual el camino comienza a descender por toda la zona de la Palombrera, sin tomar ninguno de los caminos que salen hacia la derecha, bajando continuamente hasta llegar al encajonamiento del arroyo de la Balouta y posteriormente a las ruinas de lo que fue el pueblo de la Balouta, abandonado en los años 70 del siglo pasado.
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