Por las Barrancas de Santalla

Este espacio constituye un lugar de gran interés geomorfológico, visible desde casi cualquier lugar de la hoya berciana

Francisco A. Ferrero
04/02/2018
 Actualizado a 18/09/2019
Ubicación de la ruta de senderismo ‘Un paseo por las riberas del río Sil y las Barrancas de Santalla’, en Google Earth.
Ubicación de la ruta de senderismo ‘Un paseo por las riberas del río Sil y las Barrancas de Santalla’, en Google Earth.
Esta ruta, al no ser circular, necesita realizarse con un mínimo de dos personas, al objeto de dejar un coche al final de la ruta y otro al principio de la misma. Un coche puede quedar en las inmediaciones del campo de fútbol de Villadepalos y otro en el aparcamiento habilitado en el mirador de Santalla.

Se inicia en las inmediaciones de la planta de depuración de aguas residuales del Bierzo, situada en la localidad de Villadepalos, en la confluencia de los dos ríos de mayor entidad hidrológica de la comarca. El río Sil, unos metros antes de que se le una el río Cúa, por la margen derecha, y a poca distancia de la localidad de Peón, presenta el rastro de un enorme volumen de piedras procedentes de lavado del río. Fueron depositadas, como material estéril, a principios del siglo XX, por una draga de noventa caballos de fuerza accionada por máquina de vapor, que prospectaba el río en busca depequeñas pajuelas de oro. Este punto lo abandonamos rápidamente, para acercarnos al río Sil y cruzarlo a su margen izquierda a través del puente colgante de La Barca ,recientemente reconstruido. El resto de la excusión se desarrolla preferentemente por la ribera del río, donde su situación cara norte y la escasa insolaciónrecibida, debida a la presencia de una escalón calizo que lo oculta del sol, ha dado pie a una abundante y exuberante vegetación arraigada a la variedad de tipos de suelos predominantes: calizos, aluviales y pizarrosos.

No lejos del puente, y en sentido río arriba, podremos visitar un molino de estructura de hormigón. Daba servicio de molinería a los pueblos de Villadepalos, Peón y San Juan de Paluezas. Los vecinos de Villadepalos debían cruzar el río en una barca de fondo plano para acceder al molino, de tal manera que el molino y su barca constituyeron un binomio inseparable, lo que llevó a dar nombre a todo el paraje con el apelativo galleguizado de «da barca»: Campa da Barca, Puente da Barca.

Desde las inmediaciones del molino de la Barca, muy oculto entre la vegetación, se sube por una pequeña vallina o cabuerco al paraje de Las Valías donde se asienta, en lo más alto, el Castrelín de San Juan de Paluezas. Este ascenso constituye el tramo de mayor dificultad de todo el recorrido. Desde el Castrelín se desciende por el cabuerco o arroyo de las Cerexais hasta encontrarnos de nuevo con el río Sil. Aquí localizamos otro amplio molino, más alejado de las habituales crecidas del río que el anterior, y alimentado por un canal del que se conserva su trazado.

El resto del trayecto lo realizamos por la llanura de inundación del río Sil, a través de los caminos practicados para acceder a las fincas y a los pueblos de San Juan de Paluezas y Santalla. Durante el recorrido podremos observar la abundante y variada vegetación tanto rupícola –asociada a los acantilados calizos/dolomíticos- como de ribera. Visitaremos los restos de unos antiguos caleros, construidos aprovechando la topografía en fuerte pendiente del lugar, así como el rústico, pero bien construido, puente colgante de Villaverde. Finalizamos el recorrido principal en el merendero habilitado del paraje de las Barrancas de Santalla, donde se puede realizar un pequeño descanso mientras se observan los majestuosos pináculos de arcilla.

La ruta propiamente dicha se inicia en la carretera que comunica Villadepalos con Peón, un pueblo perennemente aislado, actualmente semidespoblado, entre el monte y el poderoso río Sil. Antes del pequeño puente de acceso a Peón, un voluminoso acúmulo de cantos rodados de río, actualmente usado como gravera, queda como único testigo del funcionamiento de una draga, que en los albores del siglo XX rastreó los cauces de los río bercianos más significativos en busca de oro. Varios periódicos de la prensa de la época recogieron a toda página la inauguración del artefacto conocido como la Draga del Sil.

Gracias a la hemeroteca de los periódicos de la época Blanco y Negro, ABC, Actualidades y Nuevo Mundo, hemos podido rescatar la efeméride del día de la inauguración oficial, documentada con excelentes fotografías. El 19 de diciembre de 1908, la Sociedad Española de Explotaciones Auríferas inaugura oficialmente, en Toral de los Vados, la Draga,que estaba destinada a prospectar, mediante el dragado del fondo y los márgenes del río, un total de mil hectáreas de superficie, correspondientes a 17 kilómetros de los ríos Sil, Cúa y Burbia, los principales ríos auríferos bercianos. La draga, movida por máquina de vapor y de construcción holandesa, tenía unas dimensionales colosales: 29 metros de largo, desplazaba 200 toneladas y disponía de 90 caballos de fuerza en sus máquinas, pudiendo dragar unos 100 metros cúbicos por hora, unos 1000 metros cúbicos de sedimentos al día. Después de la visita a la gravera, nos acercaremos al puente colgante de Villadepalos.

Conocido como puente de La Barca, fue construido a instancias del Ayuntamiento de Carracedelo en el año 2006, en sustitución de otro arrastrado por una riada. Deriva su nombre por existir en este punto una barca de fondo plano y cuadrado, construida en madera de homero –aliso- y castaño, que permitía en paso de los lugareños de un lado al otro del río. El puente colgante nos dará acceso al molino de Villadepalos, y a las localidades de Peón, San Juan de Paluezas y Campañana. Una vez cruzado el puente, soportado por catenarias, alcanzaremos una zona de merendero que dispone de una fuente y una reproducción en chapa metálica de la barca que se utilizaba antiguamente para cruzar el río. Desde este punto, ascenderemos por una pequeña vallina hasta coger un sendero, que nos acercará al molino de hormigón (molino 1 en el esquema), que daba servicio de molinería a las localidades de Villadepalos, Peón, San Juan de Paluezas y Borrenes.

Desde las inmediaciones del molino, un camino en fuerte pendiente inicial nos lleva a través de una pequeña vallina al paraje de las Valías, donde nos topamos con el Castrelín prerromano de San Juan de Paluezas.El Castrelín está emplazado sobre un espolón montañoso alomado, con unas vistas magníficas a la hoya berciana. Un emplazamiento que tiene, hacía el sur, unas enormes superficies para los cultivos ypastos, y hacia el norte, un escalón pronunciado por cuyo fondo circula el río Sil, unos 130 metros más abajo. Según los estudios derivados de su prospección arqueológica, llevada a cabo entre 1990 a 1994, el Castro, de una hectárea de superficie, estuvo ocupado por una comunidad campesina desde el siglo III a.c. hasta el siglo I a.c. en que fue abandonado, posiblemente debido a los movimientos de población causados por la población romana, y el comienzo de las explotaciones auríferas de Las Médulas. Desde el Castrelín, descenderemos de nuevo a las márgenes del río Sil hasta el paraje del Olgaño, aprovechando las suaves pendientes que ofrecen los estribos alombados del macizo del Sierro en su contacto con las riberas del río Sil. Justo en el punto de encuentro del arroyo de Valderrigueira con el río Sil, se localiza el molino 2, señalado en el esquema de la ruta.

A continuación, la senda discurre por los caminos practicados sobre las parcelaciones del Olgaño, a través de la exuberante ribera del río Sil en dirección a las Barrancas de Santalla, y paralelos al escalón o tajo calizo del Cerro de La Fraga. Por esta zona plana el río circula anastomosado por una amplia llanura de inundación, donde el cauce del río cambiaba a capricho cada año, antes de la construcción de las grandes presas. Aquí concurren una gran parte de las aguas que drena la comarca del Bierzo, por lo que constituyen terrenos permanentemente húmedos y umbríos que se asemejan a un manglar.

El amplio cauce inundable ha propiciado que durante siglos proliferara la construcción de puentes colgantes, para cruzar de una ribera a otra. Continuando el camino señalado en el plano guía de la ruta, llegamos a la Barrancas de Santalla. Constituyen un lugar de gran interés geomorfológico, visibles desde casi cualquier lugar de la hoya berciana. Son un conjunto de cárcavas y argayos, formas de erosión naturales producidas por fenómenos torrenciales violentos en lugares de fuerte pendiente. Excavadas sobre arcillas de edad terciaria, pertenecen geológicamente a la formación o facies Santalla. Estos sedimentos arcillosos se prolongan hasta Priaranza, Las Barrancas de Rimor y finalmente Toral de Merayo. Han sido objeto de explotación industrial hasta hace pocos años para la fabricación de cerámica en Priaranza y Toral de Merayo.

En Santalla, las barrancas muestran gran espectacularidad, alcanzando en algunos puntos los 140 metros de desnivel sobre el río, dejando pináculos y columnas de tierra naturales aisladas y acantonadas, similares a las conocidas como Chimeneas de Hadas. Se trata de un lugar de gran belleza e interés geomorfológico, dejando un paisaje similar a la explotación de Las Médulas, aunque en este caso sin haber intervenido la mano del hombre.
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