Por la vega y el monte de Omaña

Ruta desde la Omañuela que sube al monte para descender entre bosques

Vicente García
17/06/2022
 Actualizado a 17/06/2022
Por la ribera del Omaña. | VICENTE GARCÍA
Por la ribera del Omaña. | VICENTE GARCÍA
La cuenca del río Omaña tiene valles con fuertes pendientes que bajan a arroyos y ríos para acabar absorbidos por el río de las Omañas que se unirá con el Luna a la altura de Secarejo, se convertirá después en el Órbigo, seguirá en el Esla para finalmente ir al Duero. Esta zona es uno de los paradigmas de la despoblación y al haber poco ganado el monte va invadiendo los distintos lugares con la consiguiente pérdida de los caminos

El Ayuntamiento de Riello, al que pertenecen las localidades por las que se transita es uno de los que más pueblos tiene, aunque eso no es acorde con la población. En su página web cita varias rutas relacionadas con Cuatro Valles, quienes en su tiempo las señalizaron y algunas de sus señales todavía están en pie. La primera parte de la ruta también la utilizaba la asociación Cuatro Valles para hablar de las riberas del Omaña, aunque esta ruta no coincida.

En esta zona se han realizado varias rutas como la del Cueto Rosales, la mina la Cobriza,Inicio a Andarraso, de Irián a Carrizal y es un territorio propicio para paseos y senderismo sin mayores problemas.

La ruta


Comienza la ruta en la localidad de la Omañuela, donde se puede aparcar, bien en el centro del pueblo o pasado el puente o siguiendo a la zona debaños a la que se pasa entre dos peñas.

Desde la Omañuela se va río arriba, en dirección Norte siguiendo el Camino Olvidado, se pasa a la salida del pueblo entre dos peñas y luego se sigue al lado de la zona de baños, ideal en tiempos de calor. La ruta continúa río arriba en zona de vega entre chopos y árboles de ribera, algún que otro matorral, que en este tiempo amarillea dando belleza al paisaje. Es un recorrido de dos kilómetros por terreno llano y sombreado, ideal para tiempos de calor, con el frescor del río siempre a la izquierda. En la última parte de este tramo hay que tener cuidado porque el camino suele tener agua y a veces casi no se puede evitar, conviene pisar las piedras que se encuentran para evitar mojarse.Al final se entra en el pueblo de Guisatecha y se sigue tomando la carretera por la que se va a caminar casi trescientos metros, para tomar un desvío a la izquierda señalizado, ya que coincide con el camino olvidado, por lo que no va a haber pérdida. Tras un recorrido por camino de tierra se llega a un extraño puente que cruza el río, tras el que hay una valla y el camino comienza a subir con fuerte desnivel girando desde el Sur hacia el Oeste hasta llegar a un terreno mucho más suave y cómodo desde donde se divisa la localidad del Castillo y la fortaleza de Bernal que lo domina. Pocos metros después el camino sale a la carretera que va del Castillo a Folloso. Se sigue hacia la izquierda por la mencionada carretera y unos metros después se encuentra una fuente restaurada, la fuente de la vallina de los carbones.Continuando por la carretera se pasa al lado de una majada y se hacen varias revueltas siempre en subida para remontar todo el monte que se va poco a poco subiendo hasta llegar al alto, donde la carretera da un fuerte giro a la derecha para bajar. Sin embargo se toma un camino a la izquierda que sigue por la parte alta del cordal en el alto de Valdeposareo, entre bosques de jóvenes robles y con vistas a veces a las montañas del Norte.El camino es bueno en subidas y bajadas, pasando por el ligar del Cogollón, el Teso del Canto y después comienzan más bajadas que subidas, hasta que lo que se encuentra en mayor número de veces son las bajadas, pues el camino comienza a descender hacia el valle de la Omañuela, en una ladera de pendiente muy pronunciada llamada la Tierra Nueva que es necesario bajar abriendo un abanico muy grande para que las pendientes no sean demasiado elevadas.

En un momento determinado sale un camino que sube hacia la derecha y va a Campo de la Lomba, siguiendo el camino sin desviarse, más tarde hay otro desvío que se sigue hacia abajo, pues el camino de la derecha es el de Castro de la Lomba, por lo que también se debe seguir por la izquierda.

A continuación continúa una larga bajada que en unos momentos va a la sombra de los árboles y en otros se abre algo más pudiendo verse toda la vega del Omaña que hace una fuerte vuelta y a lo lejos, entre árboles, la localidad de Castro.

Solamente queda acabar el descenso, internarse en la arboleda de ribera, cruzar el puente de madera y volver al punto de partida en la Omañuela donde finaliza la ruta.
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