La ruta la señalizó hace bastantes años la empresa Tomero y Romillo, junto con muchas otras rutas. Desgraciadamente Ordoño Llamas, el fotógrafo e impulsor de una gran parte de estas rutas fallecía el 4 de enero de 2013 y con este recorrido que diseñó y fotografió se quiere hacer un homenaje a su persona.
La ruta diseñada entonces es muy válida, en ese caso solamente hay una variante que si se desea se puede obviar, haciendo la ruta como propone Cuatro Valles, coincidiendo en ese tramo el camino de ida con el de vuelta.
La ruta
El inicio de la ruta se realiza en la localidad de Cuadros, cerca del apeadero, donde hay una gran plaza en la que se puede aparcar muy bien. En ella se puede apreciar lo que queda del cartel de inicio de la ruta, que sería interesante que pudiera ser repuesto de nuevo.
Desde ese punto se pueden seguir dos posibles caminos: por un lado tomar un camino de tierra paralelo al canal que va hacia el apeadero y cruzar las vías con el consiguiente peligro que conlleva el tren, por otro, el más aconsejable, ir por el paso elevado asfaltado que cruza las vías, ver el molino Rozas y volver de nuevo hacia atrás, casi a la altura del apeadero, tomando la pista que se dirige hacia el norte paralela a la vía. Es posible continuar y subir por caminos de la zona de inundación, pero en esta época se encuentran llenos de barro y bastante encharcados, lo que desaconseja esta opción.
El camino siguiendo la pista que sube es amplio y cómodo y se encuentra entre una tupida vegetación de chopos y de paleras. Como las raíces de los chopos son bastante rastreras y ha habido momentos de fuertes vientos e inundaciones, varios de estos árboles han caído llevando tras de sí la tierra en la que se asentaban sus raíces. Poco después se encuentra una caseta solitaria y al fondo, a la derecha, se vistumbra la silueta del molino Pisón.
Poco después existe la posibilidad de tomar dos caminos, el de la derecha va más cercano al río, casi en el área de inundación, por lo que no es aconsejable tomarlo en época de riadas fuertes, pero es interesante y va entre árboles variados, para llegar a una zona en la que el río hace una fuerte curva y desde allí se debe ir hacia el oeste para encontrarse la pista que sale a la carretera. El de la izquierda coincide con el de regreso.Es necesario cruzar la carretera para tomar el camino que va por el lado contrario, pero también hay que cruzar la vía, que no es aconsejable hacerlo directamente, por lo que se impone subir el paso elevado con cuidado y tomar el desvío a Valsemana siguiendo unos metros de carretera. Cuando la carretera de Valsemana hace un fuerte giro a la izquierda, se continúa por un camino asfaltado que luego se hace pista de tierra. Siguiendo esa pista, con la vía a la derecha durante un bien tramo, se llega a un túnel bajo la vía que se pasa, cruzando a continuación la carretera para entrar en La Seca siguiendo por su calle principal hasta la ermita de San Blas y luego continuando para llegar al río, cruzar el puente y seguir el camino por la ribera opuesta del río hacia el sur. Hacia el Norte continúa el camino del Salvador que va a Oviedo y no se va a seguir.
Este tramo del recorrido es el más interesante de la ruta porque va entre encinas, sube con una vista excelente a la localidad de La Seca y a las montañas de la Cordillera Cantábrica. El río baja por la parte de abajo encajonado entre la pared y las vegas, en un tramo muy poblado de encinas hasta que se llega a la localidad de Cabanillas, donde si se desea se puede dar una vuelta, para tomar la carretera que va a la de la Robla, cruzando el único puente que hay desde Carbajal, saliendo a esa carretera y volviendo hacia el sur hasta el cruce elevado de la ida, para tomar el desvío a la izquierda por donde se había venido, siguiendo por la pista entre choperas para volver al apeadero, cruzar el paso elevado y volver de nuevo al punto de salida en Cuadros donde finaliza la ruta.