Por la retaguardia

Expirado el plazo que tanto hacía temer a los más puntillosos, la portería de la Cultural ha estado a la altura. Diego Calzado ha suplido con acierto al indiscutible Leandro, que no tardará en volver al marco. El canterano demostró que está listo para cualquier contingencia. Salvó puntos contra el Sporting B y el Somozas, y mantuvo a raya al Celta B con un par de paradas de mérito cuando el filial apretaba.

No es poco cuando se tiene que pasar un examen en cada aparición y, lo que es mas grave, soportar las burlas, ataques e insultos de un grupo de aficionados carentes de memoria. Es analizable su rendimiento en otras temporadas; incluso es discutible que la Cultural se permita el lujo de ocupar dos fichas con porteros de más de veinticinco años provocando en ventanas del mercado como la actual un colapso a la hora de reforzar la plantilla. Forma parte del sano debate futbolero. No se admite si juzgamos el culturalismo de tipos como Calzado que, por los servicios prestados, por su generosidad y amor a unos colores, merecen respeto.

Es a día de hoy la portería uno de los puestos mejor cubiertos (destacable la labor del preparador Caneda). Formó con la muralla defensiva el sostén necesario para mantener el poco bagaje ofensivo. A él debe volver Ferrando si no quiere que el tren se escape. Su Cultural está viva, no padece de actitud como le recriminan desde las altas esferas y tiene al alcance de la mano el cuarto puesto.

Sin embargo, partidos abiertos como el último le acabarán condenando hasta que no se demuestre que, bien por la calidad de los fichajes que están por venir, bien por la recuperación de algunos jugadores, en especial los hombres de banda a los que parece haber tragado la tierra, puede jugar a marcar un gol más que el rival.

Es el suyo un equipo aseado, por momentos brillante, incluso rápido, pero con Aketxe no basta. La Cultural de vanguardia empieza por la retaguardia.