Por Horcada de la Chavida

Isidoro Rodríguez Cubillas, el gran clásico de la montaña en León, acepta el reto que hace una semana le planteó su amiga Ana Isabel Martínez de Paz y lleva a los visitantes a una segunda jornada por Picos que resultará inolvidable

Isidoro Rodríguez Cubillas
05/08/2018
 Actualizado a 19/09/2019
La Horcada de Chavida con las últimas nieves. | ISIDORO R. CUBILLAS
La Horcada de Chavida con las últimas nieves. | ISIDORO R. CUBILLAS
Bueno,  Fina y Juan, hoy el día es espléndido, y vamos a internarnos en el meollo de los Picos de Europa, concretamente en el macizo central. Como ya os hemos dicho los Picos de Europa están divididos en tres macizos por obra y gracia de las hendiduras que han trazado los cauces de los ríos Cares y Duje: el occidental o del Cornión, el central o de los Urrieles y el oriental o de Ándara.

Un pequeño paseo de Soto hasta Posada y Prada, y luego comenzamos a subir por la Senda del Mercado, aunque hoy la llaman del Mercadillo. Entre Valdeón y la comarca cántabra de Liébana siempre ha habido un estrecha comunicación, y tanto para las ferias y los mercados, como para la propia vida ordinaria, ha habido lazos que han originado nuevas familias siendo sus componentes de una y otra vertiente. Tener en cuenta que desde ese collado que veis allá arriba, el Cabén de Remoña, tenemos prácticamente la misma distancia a Santa Marina de Valdeón que a Pido o Espinama.

Después de un tramo en el que el bosque nos protege del sol llegamos a Corijales donde desaparece la alta vegetación y nada nos impide contemplar las montañas con todo su esplendor.

Como ya empieza a hacer bastante calor en vez de ascender de forma directa hacia el Peñón Chico, vamos a dar un pequeño rodeo y subir al collado de Peranieva, siempre en dirección SE, y desde allí, seguiremos hacia el norte por la loma, en la que sopla algo de aire, hasta alcazar el Peñón Chico, que es aquél bloque rocoso que vemos ahí arriba.Desde el Peñón Chico, donde hay unas hermosas praderas que hacen las delicias de las pocas vacas que pastan tranquilamente ajenas a nuestros movimientos, contemplamos la rigurosa Canal de Chavida, un gigantesco pedregal que alcanza su cota más elevada en la Horcada del mismo nombre, enmarcado, por su derecha por la pequeña y coqueta Torre del Hoyo Chico, antecesora de la más grandiosa Torre del Hoyo de Liordes, y por su izquierda por la Punta SE, que es un desgaje de la Torre Friero.Bueno, pues ahora tenemos que remontar esta inmensa pedrera que se presenta como una ardua tarea, y para ello vamos a emplear ese estrecha vereda que vemos a nuestra izquierda, aunque arriba nos iremos a la derecha.El ascenso es siempre fatigoso, pues además de la fuerte pendiente, la inestabilidad de las piedras fragmentadas en esta inmensa olla hace que si no se tiene cierta práctica, a veces se dan dos pasos para arriba y se desciende uno.Picos está dividido en 3 macizos, por obra y gracia de las hendiduras que han trazado los ríos Cares y Duje Por fin estamos en lo más alto, a izquierda y derecha tenemos las grandes moles rocosas de la montañas que antes os he indicado, pero al frente, podéis ver la segunda muralla del macizo de los Urrieles hacia el mediodía: es el cordal que comenzando en las profundidades del Cares va ganando altura hasta llegar a su cota más elevada: el Llambrión, que tenéis delante de vosotros, sus 2.642 metros altitud, la segunda altura de los Picos de Europa y por consiguiente de todo el noroeste del estado español.Ahí enfrente, por debajo de esa llamativa y vertical pared rojiza, tenemos el refugio de Collado Jermoso, a dos mil metros de altitud, uno de los lugares más bellos de los Picos de Europa, al que prometo llevaros en otra ocasión.Un pequeño descanso para recrearnos en este entorno de luz, silencio y grandes montañas, un trago de agua, y otra vez a caminar, pero ahora es hacia abajo, tenemos que perder altura hasta la Vega de La Sotín, que tenemos enfrente, pero en la parte inferior hay unos cortados, por lo que hay que derivar en diagonal hacia la derecha, en dirección NE, para evitarlos.Vaya contraste con la ruta que hicisteis con Ana desde el Puerto de Panderruedas por la collada de Dobres, allí todo era verdor y frescura por la abundante vegetación, y aquí todo es desolación en un terreno casi irreal donde la vida solo se manifiesta con los rebecos, que veis ahí delante, saltando con increíble agilidad de roca en roca.Hemos perdido ya más de trescientos metros y ahora, en esta especie de canal tenemos que cambiar la dirección, a nuestra izquierda, y dejarnos ir por ella hasta la Vega de La Sotín, otros 400 por debajo, diciendo adiós a la alturas.Antes un pequeño capricho geológico, cruzamos esa loma y al otro lado está el Lago Bajero, coqueto embalse natural de agua de los pocos que hay en los Picos de Europa a causa de su constitución geológica que hace que las aguas de filtren.

Después de descender a la Vega de La Sotín enlazamos con el camino que desde Cordiñanes sube al Refugio de Collado Jermoso y que ahora recorreremos en sentido inverso pasando por el refrescante bosque de La Sotín, para alcanzar el camino tallado a trozos en la roca: es la Rienda.

Como veis nos vamos cruzando con gente que sube con sus mochilas a la espalda hacia el refugio de Collado Jermoso; todavía les queda un desnivel bastante considerable.

Hemos llegado a Cordiñanes, punto y final del recorrido de hoy. Podíamos haber subido alguna montaña pero no tengáis ningún arrepentimiento de no haberlo hecho. Los que llevamos muchos años por las montañas hemos descubierto que la felicidad que se encuentra en ellas no está únicamente en la cumbre, pues, como ocurre en la vida, la encontraremos en el camino que hay que recorrer.

Deambulando por los Picos de Europa tendréis una fuente inagotable de ricas y hermosas experiencias, así como imágenes que será imposible borrar de vuestras retinas, y el Valle de Valdeón, con sus 8 pueblos y cientos de montañas nunca os defraudará, por lo que emprenderemos en un futuro cercano nuevas y jugosas actividades.
Lo más leído