Por el Puerto del Manzanal

Miliarios de granito romanos, vestigios de la barbarie de la guerra civil, un paisaje que se ha transformado por las infraestructuras viarias, es lo que nos ofrece este paseo por un territorio fronterizo entre la depresión berciana y la rasa leonesa

Francisco A. Ferrero
06/01/2019
 Actualizado a 18/09/2019
Ubicación de la ruta de senderismo 'Un paseo por los alrededores del Puerto del Manzanal', en Google Earth.
Ubicación de la ruta de senderismo 'Un paseo por los alrededores del Puerto del Manzanal', en Google Earth.
La ruta se inicia a la altura del kilómetro 351 de la autovía A6. Este punto kilométrico marca la salida hacia dos amplias rotondas que dan acceso a tres abigarradas gasolineras que compiten en una zona donde concurren todas las carreteras históricas que cruzan el puerto de Manzanal (N-006A, N-VI, A6, LE-5319, LE-5304 y LE-5333). Nuestra ruta circular se inicia en el aparcamiento de la gasolinera situada en la margen derecha de la A-6 sentido Coruña. Desde aquí, cogemos un camino de tierra paralelo a la carretera N-VI flanqueado por pinares de repoblación.

Más adelante, a poco más de 1 kilómetro de iniciada la andadura, el camino intercepta la carretera N-006 que nos lleva al paraje de La Retuerta. La carretera aquí traza una serie de curvas para salvar la vallina de arroyo de La Retuerta, mostrando, en los afloramientos de roca pizarrosa, las huellas de repicado realizadas durante la construcción de la calzada romana conocida como vía Nova que unía Astorga (Asturica Augusta) con la localidad portuguesa de Braga (Bracara Augusta).

En el trazado de la carretera N-006 en este tramo observamos pruebas evidentes de que está construida sobre el cajero de la vieja calzada romana, que aprovechó el ingeniero Carlos Lemaur para construir, allá por el siglo XVIII, el Camino Real de Astorga a La Coruña.

El perfecto trazado de la calzada romana en este tramo fue aprovechado sucesivamente en las mejoras posteriores de la carretera hasta llegar a la carretera actual, conservándose tanto las huellas de repicado sobre la roca como algunos tramos de los muros del sostén original de la carretera trazada hace más de dos mil años.

Otra prueba evidente es la existencia, justo al lado de la carretera, y sobre el que hay practicado un cortafuegos en la actualidad, de abundante teja de origen romano, bordes de vasijas y vidrio de hechura romana que pudo ser un ‘hospidum’ al inicio de la bajada del puerto, una venta o lugar de alojamiento y resguardo tanto para la caballería como de los caminantes durante los rigurosos inviernos.

A la altura de la venta romana y justo bajo la carretera, se aprecia una vieja cantera de pizarra que pudo trabajarse en época romana para la extracción de piedra para construir la infraestructura viaria. Curiosamente, la inspección del frente de la cantera nos permitió identificar pigidios (colas) de trilobites de la especie ‘neseuretustristani’, típicos de estas pizarras de edad ordovícica.

Tanto los pueblos de La Silva como Montealegre conservan, dentro de su mobiliario urbano, miliarios de granito de época romana procedentes, probablemente, de la iglesia de San Juan de Montealegre que reunió estoshitos o mojones de piedra labrada asociados al paso cercano de la calzada romana.

Más adelante, justo antes de que la carretera salve, a través de un pequeño puente el arroyo de La Retuerta, veremos una pared vertical pizarrosa sobre la que puede leerse una pintada, en color negro y muy desvaída, con el texto «ULLOA ÓPTICO MADRID». Sobre la pared veremos marcas de impactos de bala a la altura de la cabeza, son el testigo de la barbarie de la guerra civil.

Según las investigaciones realizadas por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), aquí fueron fusilados, durante el traslado a León, siete jóvenes bercianos el 4 de agosto de 1936. Los cadáveres fueron enterrados en las cercanías del lugar de fusilamiento, pero a pesar de las labores de búsqueda realizadas en julio del 2017 bajo la carretera, no se han podido recuperar los cadáveres, aunque sí desenterrar los muros de piedra que delimitan la vieja calzada.

Desde aquí la carretera baja hasta Torre del Bierzo siguiendo la misma trayectoria quela que construyó Lemaur aprovechando, en muchos tramos, la vieja infraestructura romana. Una vez rebasado el paraje de La Retuerta, con tanto valor histórico y paleontológico como se ha señalado, nuestro camino continua por la vieja carretera N-006A (LE-106), con denso tráfico en el pasado ya que era la única vía de acceso para salvar el puerto de Manzanal, pero que ahora tiene escaso uso por lo que no resulta peligroso caminar por ella.

Poco antes de llegar a la altura del pueblo de La Silva, abandonamos la carretera asfaltada y cogemos una pista a mano izquierda que nos permite cruzar, primero, bajo los pilares de la carretera N-VI y, después, bajo el túnel de la autovía A-6 hasta alcanzar el pueblo de La Silva situado en fondo del valle y estructurado en dos barrios, conocidos como de arriba y de abajo.

El pueblo se articula a lo largo del arroyo que, con dirección E-O, desciende del Puerto del Manzanal. Está ubicado en las cercanías de uno de los extremos del Túnel del Lazo, una singular obra de ingeniera ferroviaria construida en el periodo 1880-1983 para salvar el fuerte desnivel existente entre el puerto de Manzanal y la hoya berciana.

Durante casi dos décadas, desde 1868 a 1883, los pasajeros que quisieran viajar a Galicia en tren debían bajar del mismo en Brañuelas y recorrer el resto del recorrido en diligencia, debido a la imposibilidad de encontrar un trazado idóneo para salvar el desnivel existente entre el puerto y Ponferrada.

La Silva tiene un pasado reciente ligado a la minería del carbón de antracita, donde podemos ver las huellas y personalidad minera en una población cercana al medio centenar de habitantes. Pero hoy, como otros muchos pueblos de León, intenta sobrevivir al despoblamiento una vez cesó la actividad minera que tanta importancia le dio en los años ochenta y que no aportó más riqueza que los sueldos mensuales de los trabajadores.

Saliendo del pueblo en dirección O, un camino de tierra va paralelo al curso del río hasta alcanzar, a 1,4 kilómetros,las ruinas de la iglesia del monasterio de San Juan de Montealegre. Antes de alcanzar el edifico monacal, vemos las infraestructuras mineras residuales del pozo San Juan pertenecientes a la empres Antracitas de La Granja que tuvo actividad desde 1992 hasta su clausura en 2015 a consecuencia de la reconversión minera.

Antes de alcanzar las ruinas de la iglesia hay que cruzar el arroyo de La Silva, de aguas cristalinas en el pasado pero que ahora presenta un aspecto ácido y lechoso a consecuencia de la actividad minera. Los restos de la iglesia de San Juan de Montealegre es lo que queda de la ubicación del monasterio de San Martín de Montes fundado en el año 946.

Después de muchos avatares y cambios de regencia, el antiguo monasterio de San Martín pasa a depender, a partir de 1203, de la Orden Militar de los Hospitaleros de San Juan de Jerusalén, momento en el cual, probablemente, se inicia la construcción de las estructuras románicas que hoy vemos arruinadas y pasa a llamarse San Juan, añadiéndose ‘de Montealegre’ por ser ésta la parroquia del pueblo.

El magno proyecto inicial del siglo XIII fue una obra original, de talla soberbia y proporciones y acabados perfectos. Contenía tres capillas, de planta semioctogonal la mayor, algo inaudito en la arquitectura románica leonesa.

Un edificio inacabado que debió de estar paralizado en el tiempo hasta que el siglo XVI la iglesia fue cerrada hacia el oeste con piedra de talla más rudimentaria y cubiertas de madera, en lugar de la piedra que contemplaba el proyecto original. En consecuencia, las ruinas de la iglesia son románicas, excepto la sólida espadaña que es del siglo XVI con sus vanos para la campanas y su escalera de caracol.

En el año 1870 los hospitaleros abandonaron el monasterio, para más tarde convertirse en parroquia. A principios de 1900 el edificio se encontraba en pie, pero en la década de los años 1930 quedó abandonado lo que provocó el hundimiento de la cubierta y la filtración de agua a su excelente fábrica, tallada sobre fina piedra de arenisca. El abandono y la soledad hicieron que el robo y la rapiña diezmaran el sobrio edificio hasta su estado actual.

Un edificio que, de conservarse en pie, como muestran las fotografías tomadas por el historiador Gómez-Moreno al inicio del siglo XX, podría competir con los más destacados edificios religiosos provinciales, y atraer tantos visitantes como lo hace hoy en día la iglesia de Peñalba de Santiago. Si la iglesia pervivió desde el siglo XIII hasta principios del siglo XX, no llega a entenderse el porqué de tan rápida destrucción, salvo bajo al amparo de la miseria, la incultura, y la falta de visión a largo plazo, que tanto daño ha hecho y sigue haciendo a la comarca del Bierzo.

Aún arruinada, por su indudable valor artístico, la iglesia de San Juan de Montealegrefue declarada Bien de Interés Cultural con Categoría de Monumento el 28 de octubre de 1993 por la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León. Rebasada la iglesia monástica el camino rumba a dirección sur, en continuo ascenso hasta alcanzar la localidad de Montealegre anidada a la solana en la cresta del monte a modo de un asentamiento castreño.

Desde aquí, el camino continúa por la carretera LE-159/4 hasta alcanzar de nuevo el lugar de inicio del recorrido. Durante el trayecto, en los puntos señalados en el plano, veremos, sobre la ladera del monte, huellas de actividad minera así como la presencia de fósiles de graptolitos entre los potentes paquetes de pizarra que cortan la carretera.
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