Y es que no es la primera vez que bercianos o aragoneses apuestan por un cambio de rumbo antes o después de verse las caras. El carrusel de cambios comenzó en la temporada 2013/2014. Los blanquiazules se encontraban en una situación muy similar a la actual, recién aterrizados en la zona de descenso, mientras que los maños, que tenían como objetivo volver por la vía rápida a Primera, atravesaban una crisis que les había llevado a estar más cerca de la zona peligrosa que del ‘playoff’.
La contundente victoria de los de Claudio Barragán (4-2), precipitaba el adiós de Paco Herrera, que era sustituido por un viejo conocido de la casa, Víctor Muñoz.
El buen papel del técnico, sacando al equipo aragonés de los apuros en una recta final de temporada relativamente cómoda, le hacía ser el elegido para encabezar el ‘nuevo’ Real Zaragoza. Agapito Iglesias, imputado por varios delitos relacionados con la corrupción, abandonaba la presidencia, de la que se hacía cargo Christian Lapetra, hijo del mítico Carlos Lapetra, que junto a Canario, Santos, Marcelino y Villa formó el legendario equipo de ‘Los Magníficos’.
El entrenador maño no estuvo a la altura de la ilusión desatada con el cambio de propietarios y fue despedido justo antes de recibir en La Romareda a la Ponferradina de Manolo Díaz.
Popovic salvó el ‘match-ball’
El entrenador serbio Ranko Popovic inició con buen pie su andadura en el banquillo aragonés, pero a pesar de acariciar el ascenso, el desgaste y las enormes expectativas creadas en un nuevo curso terminaron costándole el puesto.
Esta vez no fue ante la Deportiva. El técnico recibió a los bercianos un 29 de noviembre ya cuestionado, pero la victoria le dio un balón de oxígeno que terminó explotando un mes después, justo antes del parón navideño. Con Carreras en el banquillo, los maños se han aupado a la tercera posición, a tres puntos del ascenso directo.