Ponferradina 4 - Cartagena 2: 'No hay fiesta que se precie sin carrusel'

Vibrante primera mitad en la que la Deportiva remonta el 0-1 inicial hasta el 3-2 en el último minuto para ‘rematar’ en la recta final con el definitivo gol de penalti de Yuri

Fulgencio Fernández
01/05/2022
 Actualizado a 01/05/2022
Enrich celebra el gol que culminaba la remontada. | LALIGA
Enrich celebra el gol que culminaba la remontada. | LALIGA
La Deportiva anda de fiesta. Cumple cien años y eso no es cosa menor, es más, es cosa mayor, que diría el ex presidente. Y no reparan en cohetes en la capital berciana que esta semana vinieron a lucir los fastos gente como Fernando Hierro y Fernando Morientes, que son nombres de esos que forman parte de los cromos de mucha gente.

Y de los fastos de los salones de actos había que saltar al verde y ayer era el día. Lo entendieron las gentes del Bierzo, que acudieron con notable presencia, no les desanimó que el Oviedo hubiera sumado otro partido ganado y siguiera poniendo difícil asomarse a la fase de ascenso. Hay que creer y se cree, está la Ponfe de fiesta.

Y no hay fiesta que se precie que no tenga tómbolas y carruseles. Bolo volvió a lucir las gafas azules, que parecen presagiar que algo va a pasar.

No le dio tiempo a la Ponferradina a asustarse pues al minuto de encajar un gol marcaron el empate Y ya que estaba montada la fiesta, había cohetes, carrusel, Bolo de azul celebración, el morbo de Nacho Gil que decía que los buenos son ellos... pues fiesta. Después de un comienzo que hacía presagiar una tarde entretenida, con idas y venidas, amagos, uys... llegaron diez minutos en los que a los más de 6000 aficionados no les daba tiempo a sentarse de una y ya tenían que levantarse para otra. No acababan de lamentar la feria en defensa para celebrar la fiesta en ataque. Y nueva feria en defensa, nueva fiesta en ataque.

Mira la ficha del partido y lo entiendes todo. Minuto 25, se adelanta el Cartagena; minuto 26, empata la Ponferradina. Minuto 28, se adelanta el Cartagena, minuto 33, empata la Ponferradina. Y dice el entrenador visitante que tal vez no tenía que haber sido gol ninguno; e igual hasta tiene razón pues había gente rematando solos en el área pequeña, un central que está solo en un córner... tal vez podían seguir a ceros pero «no me joder», que decían los clásicos, con lo que estábamos disfrutando no se nos puede venir con la maturranga de la defensa, el orden, la táctica... con lo bien que lo pasamos. Es como lo que decía Gila, «casi me matan al hijo, pero lo que nos hemos divertido».

Y de nuevo repitieron la situación pues se adelantó otra vez el Cartagena y a los 5 minutos empató Naranjo Y no estaba todo dicho. Cuando ya esperábamos al descanso para sacar el bocata y comentar lo visto hasta ahora pues aparece Sergi Enrich, que dice que ha venido para algo y marca un 3-2 de lo que es, listo y aprovechado, que para eso está.

Ya se lo temían en la tasca. «Ahora les echará la bronca Bolo, ajustará lineas y la segunda parte será otra cosa». Bueno, no les faltaba razón pues tuvieronque amarrarse los machos aún más ya que los de Cartagena salieron como más enfadado, si se les iba este tren les quitaban las vías que dan la posibilidad de entrar en ese grupo de los que juegan la fase de ascenso, a la que se vuelve a asomar el equipo de Bolo. Como se descuide alguien para allá que van ellos.

No estaba sufriendo mucho la Ponferradina pero había incertidumbre. Yuri salió para solventar y lo hizo Pero Bolo no reconocía que les hubiera puesto firmes. Decía después que está disfrutando de este año en el que andan de centenario. «Nos tienen que matar, porque si no volvemos», dijo contundente en referencia a esas dos veces que se les adelantó el Cartagena y lo remontaron. Me recordaba a un habitual de las fiestas de los pueblos que cuando se armaba algo de bronca y le amenazaban él decía: «Si quieres nos peleamos pero, te advierto, yo fui legionario y si no me matas... yo vuelvo. Y vuelvo». Como hizo ayer la Ponferradina.

Parecía que tenían razón los que se empeñaban en que Bolo puso orden en el descanso. Que las crónicas del partido bien se podían titular «y dicen que hubo segunda parte. La grada animaba, cantaba. Cuando salió Yuri todavía más porque es el buque insignia de estos cien años de vida. Andaba por allí como es él, atento a todo, ayudando para resistir, cuando en la recta final llega un balón cerca de él, en el área, el central se asusta de su fama y le hace dos medios penaltis juntos. Le agarra, pero no mucho, y toca el balón con la mano, pero seguramente sin querer. Y el árbitro, con buen criterio, dijo: «Mitad y mitad, uno entero». Penalti.

Fue Yuri a coger carrera hasta Camponaraya. Lo metió. 4-2. Más fiesta. Menudo año.

Más cohetes por favor, esto sigue.
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