Con la soga del descenso al cuello, poco importan las sensaciones, mandan los resultados y ante el Guijuelo, la Deportiva puso fin a una racha de cuatro jornadas sin ganar con una goleada (3-0) que aleja a los blanquiazules a cinco puntos del ‘infierno’.El conjunto berciano logró tres puntos de oro en la pelea por la permanencia sufriendo mucho más de lo que insinúa el resultado. De hecho, hasta el 2-0 el Guijuelo fue superior, con un dominio que llegó a ser grosero por momentos, especialmente en la recta final del primer acto y tras la reanudación.
Pero en el fútbol, mal que les pese a muchos, lo que mandan no son los méritos y ni la posesión, son los goles y ahí la Ponferradina tiene todo un seguro de vida. Yuri volvió puntual a su cita con El Toralín con un doblete que ratifica que como los rockeros, los viejos goleadores nunca mueren.
El brasileño abrió la lata cuando más sufría la Deportiva en la primera mitad y cerró la victoria ya en tiempo de descuento. Antes Donoso, que volvió a dejar detalles de futbolista grande, marcó el gol de la tranquilidad que solo se mantuvo gracias al fallo de Jonathan desde los once metros.
Continuidad en la alineación
Con toda la artillería disponible, Terrazas optó por la continuidad. El regreso de Jon García fue la única novedad en el once respecto al que no venció, pero convenció –durante algunos tramos–ante el Navalcarnero. El principal damnificado fue Álvaro Moreno. Tras el carrusel de lesiones y sanciones en defensa que obligaron a retrasar la posición de Ríos Reina, el sevillano parece haber pasado a ser la primera opción para el flanco izquierdo de la zaga, un ‘parche’ para tratar de evitar la sangría de una retaguardia que con el canterano rojiblanco ganaba en contundencia, pero perdía mucho en velocidad y sufría al contragolpe.
Al igual que ante los madrileños, a la Deportiva le costó entrar en el partido y fue el Guijuelo el que, aprovechando las imprecisiones de la medular berciana en la salida de balón, empezó a asomarse por los dominios de Mandaluniz.
Ahí terminaron los ‘déjà vús’. Cuando parecía que el Guijuelo se encontraba aparentemente cómodo tanto en ataque como en defensa y con Kike Royo prácticamente inédito, apareció Yuri para adelantar a los blanquiazules con un gol marca de la casa. El guardameta se lucía sacando un potente remate de cabeza de Andy tras un saque de esquina, pero su despeje lo cazaba el ‘pichichi’ blanquiazul, que volvía a ser el más listo de la clase y se resarcía del mano a mano que erró ante el Navalcarnero y hubiera supuesto tres puntos de oro.
Poco cambio la película de un partido en el que Ponferradina y Guijuelo intercambiaron los papeles que ‘a priori’ iban a desempeñar. Si en la previa Terrazas alababa la sobriedad defensiva y potencia al contragolpe de los charros y se aferraba al espíritu ofensivo de los suyos para derrumbar la muralla de Jordi Fabregat, los salmantinos demostraron que tienen argumentos para adaptarse a las exigencias del guión, algo de lo que carece por completo el conjunto berciano, que una vez más se contentó con ‘sobrevivir’.
Y es que si bien Mandaluniz apenas tuvo que intervenir, los visitantes encerraron a los blanquiazules en su campo y solo la falta de puntería evitó que se hiciera justicia y las tablas volvieran al marcador.
Donoso sentencia, Yuri se gusta
El paso por vestuarios no menguó el empuje visitante y pese al 1-0, los silbidos volvieron al Toralín, especialmente a raíz de la ocasión de Gavilán cuyo remate picado ante Mandaluniz se iba fuera por centímetros.
Tras el aviso la Deportiva trató de adelantar líneas, pero el Guijuelo seguía jugando a placer y el empate parecía cuestión de tiempo. Ante la incapacidad para disputarle la posesión, Terrazas optó por ganar músculo en la presión y dio entrada a Iago Díaz en lugar de Isi.
El ex de Almería y Cultural contagió su verticalidad a sus compañeros y en un contragolpe llegó el tanto de Donoso, que ya había rozado el gol poco antes, con un disparo cruzado desde el interior del área.
Aún así tocó sufrir. Un penalti de Fernando Román volvió a meter el miedo en el cuerpo a los blanquiazules, pero a Jonathan le faltó la seguridad que le sobra a Yuri. El jugador charro mandó fuera la pena máxima que permitió a la Deportiva vivir una plácida recta final de partido que murió con el tanto del brasileño desde los once metros, guinda a un partido que salvaron las individualidades.