Ponferradina 2 - Ibiza 1: ‘Amachu’ Marian no merecía menos

Trabajada victoria de la Deportiva, que se adelantó con un espectacular trallazo a la escuadra de Dani Ojeda y Romera aprovechó un pase de un Medina que resultó decisivo

Fulgencio Fernández
15/12/2021
 Actualizado a 15/12/2021
webromera15122021.jpg
webromera15122021.jpg
Muchas veces un partido —o cualquier otro acontecimiento— es un instante, se condensa allí, se siente en segundos y sirve para entenderlo todo.
El partido de la Deportiva de Copa del Rey, este miércoles en el Toralín con el Ibiza como invitado por mor del sorteo, se condensó en un minuto, sesenta segundos para entenderlo todo. Desde las 8 hasta las 8 y un minuto cuando el gallego Javier Iglesias Villanueva hizo sonar su silbato para decir «ahora empieza todo». Pues no, ya había empezado antes, en el minuto de silencio por la muerte de la madre de Jon Pérez ‘Bolo’, el entrenador de la Deportiva. Y es que esta historia, este casi sueño que se vive en Ponferrada cien años después de nacer el Club no se puede entender sin Bolo y sin lo que congrega a su alrededor, lo que aglutina, cómo ha hecho del Bierzo su casa pues no en vano los de Bilbao nacen donde les da la gana, por más que no sea día para bromas.

No es día para bromas porque para cualquiera una madre es mucho. Y para un vasco más. Son así. Por eso les hablan con esos nombres que suenan a cercanía, escucharles decir «amachu» explica demasiadas cosas. Y ‘amachu’ Marian acababa de fallecer con solo 69 años. Estaba enferma. Por eso Bolo, de los últimos partidos se marchaba directamente a estar unas con ella. Tal vez por ello, Bolo, siempre tan deportivo, saltó el día que en Burgos le vacilaron los árbitros.

Amachu Marian había estado en Ponferrada, había venido con cierta frecuencia a estar cerca de Jon, el vasco que llegó hace cuatro años seguramente «a ver», pensando en una ciudad pequeña, un equipo en crecimiento, tal vez buscando hacer camino hacía metas más grandes... pero acabó entendiendo que no era estación de paso sino de destino, trayendo después a su familia a Ponferrada, quedándose los más cercanos, recibiendo a ‘ama’ Marian y a su padre Juan Antonio... «familia bolo», pues llevan ese apodo con orgullo, tanto que la esquela de El Correo rezaba: Marian Alonso Herrera ‘La Bola’.

Y así, con Bolo y ese presidente que no dudó en escribirle una emotiva carta abierta en estos días duros,que no buscaba decirle que estaba con él —ya lo sabía Jon— sino aglutinar a mucha gente en torno a él, dándole calor en esa tarde fría de fútbol y Copa. Y fueron muchos al Toralín. Y el mundo se resumió en ese minuto de silencio, allí se entendía que el fútbol en Ponferrada es otra cosa. Y en ello tiene mucho que ver Bolo. Y ‘los bolos’.

Al lío. Arrancaba el encuentro. Amachu ya estaba arriba mirando pero era abajo donde se cortaba el bacalao. Arrancó la cosa con miedos. El Ibiza recordando que no hace mucho les llevaron el partido en casa. La Ponfetenia motivos para querer hacerlo bien, le debían una victoria a su entrenador, se la habían prometido. Y la primera mitad pasó así, tanteando, algún disparo lejano, más uys que realidades, cuidando la parcela y con dominio de la Ponferradina en porcentaje y en números, pero pírricos realmente. Decían las estadísticas como resumen: «Dos disparos de la Ponferradina por uno del Ibiza».

Espectacular gol de Dani Ojeda, que abrió el marcador con un espectacular obús a la escuadra de la potería rival¿Y qué pasó en el vestuario? Si el primer minuto de la primera parte, el del recuerdo a Marian, marcó ese inicio... los primeros minutos de la reanudación fueron una locura. La Deportiva se volcó sobre el área del Ibiza. Una primera ocasión y a los tres minutos... Dani Ojeda engancha un obús que cumple con todos los tópicos de las mejores obras de arte, que lo fue. A la escuadra. Inalcanzable. Un obús. Quitando las telarañas de la escuadra, que se las quitó si las hubiera... Y el locutor que lanza un grito de partido histórico: «Ojeda, ¿de qué planeta venís?».

Y no se pudo zafar del abrazo esperado. Merecido. Pero en cuanto lo logró se dirigió hacia quien tenía en la mente nada más acabar aquella obra de arte: Hacia Jon Pérez Bolo, para que él que sabe cómo se la envíe a quien iba destinada. Amachu Marian.

Pero tal vez creyó la Ponferradina que no iba a despertar el Ibiza del mazazo pero lo hizo. Poco tiempo después. Tal vez 10 minutos cuando un balón que parecía irse camino del fuera por la linea de portería es sacado hacia el campo, rebota en un defensa de la Ponfe, lo toca por reflejos un seguro Sergi Puig, se va contra el poste y le cae en los pies a un Miki Villar que sólo la tiene que empujar.

No se hizo el silencio en el Toralín. La grada no estaba por la labor y entraron en un tira y afloja, un ir y venir con varias ocasiones en las dos porterías pero eldestino quería que aquello fuera también fiesta de incertidumbre. A la prórroga.

La grada miraba hacia Yuri o Sergi Enrich, los goles bercianos, pero Bolo quería que fuera el equipo copero y la verdad es que la presencia de Becerra cubrió bienlas esperanzas que se podían tener en los otros.

Comenzó la prórroga como la segunda mitad. Algo les pidió Bolo. Algo le querían dar a Bolo y después de un acercamiento peligroso llega una jugada en la que Agus Medina decide mostrar la calidad que todos saben que tiene. Controla a la espalda de la defensa. Se va al fondo. Da el pase de la muerte... y culmina Dani Romera.

Y un minuto después Agus Medina, el hombre de la prórroga, lanza al poste... Y a gestionar los minutos, que dicen los expertos, y los del Bierzo se hacen con el control del prado. Al Ibiza se le hace todo largo. Los locales aguantan, miran para Bolo.

Falta peligrosa en el 120. Nada.
Los jugadores miran para Bolo. Bolo al cielo. Y la Deportiva a un primera.
Lo más leído