Ponferradina 2 - 3 Navalcarnero: 'Una caída libre sin final a la vista'

La Deportiva cayó ante el Navalcarnero y volvió a mostrar sus carencias: poca pólvora en ataque y demasiadas lagunas en defensa

Alejandro Cardenal
15/10/2017
 Actualizado a 13/09/2019
Cidoncha pelea un balón ante el Navalcarnero. | A. CARDENAL
Cidoncha pelea un balón ante el Navalcarnero. | A. CARDENAL
La caída libre de la Deportiva parece no tener final. En una semana difícil para el conjunto berciano, con reunión del presidente con el vestuario incluida, ganar ante el Navalcarnero, más que una necesidad, era una cuestión de supervivencia para un equipo que podía ver como toda una temporada se iba por el sumidero con más dos tercios de campeonato por delante.

No solo los puntos se volvieron a escapar del Toralín con la quinta derrota en nueve jornadas (2-3), sino que la imagen ofrecida por los blanquiazules volvió a estar a años luz de la de un equipo que se llama a sí mismo candidato al ascenso, pero que ni está, ni se le espera.

Ante los madrileños hizo aguas en ambas áreas. A pesar de marcar dos goles, la pegada volvió a ser una asignatura pendiente y atrás, los visitantes pudieron incluso golear. Así, el único resquicio de esperanza que deja un nuevo desengaño es la reacción de un equipo que pese a sus carencias, no bajó los brazos.

Vuelta al sistema


Tras la catástrofe ante el Talavera, Terrazas se jugaba la que, pese al toque de atención a la plantilla, parecía ser su primera final del curso y apostó por ser fiel a sus principios. El técnico regresó al 3-3-3-1 con la esperanza de que la vuelta de Ríos Reina –su lesión coincidió con la mala racha– volviera a dar sentido a una propuesta que con el extremo había tenido más sombras que luces, pero sin él se había apagado por completo.

Tan cierto es que la presencia del sevillano sirvió para ver la mejor versión de Jorge García y Caiado como que el Navalcarnero podía haber enterrado cualquier guión escrito por el entrenador bilbaíno si Dinu no hubiera obrado el enésimo milagro de la temporada.

El equipo madrileño pudo haber dejado el finiquitado el partido en un abrir y cerrar de ojos. El encuentro se pareció más a los ida y vuelta de primeros compases de curso que a la ‘nada’ más reciente, pero fueron los de Julián Calero los que más cerca estuvieron del gol.

La primera llegó nada más empezar. Ni cinco minutos habían transcurrido cuando, tras un córner, Joaquín conectaba un disparo que salvaba Dinu sobre la misma línea de gol. Al susto respondía Ríos Reina con la primera cabalgada de la tarde y una rosca con la pierna menos buena que obligaba a Isma Gil a emplearse a fondo. Poco después, Fernando Román remataba por encima del larguero tras un saque de esquina y Pallarés, también de cabeza, volvía a toparse con el cancerbero amarillo.

Pero como casi todo en la vida, más vale calidad que cantidad. La Deportiva se dejó ver más por el área rival, pero al Navalcarnero le bastaron un par de zarpazos para volver a meter el miedo en el cuerpo a los blanquiazules y despertar la desconfianza en un Toralín al que la película le empezaba a parecer tristemente familiar.

Así, en el ecuador del primer acto, Fran se topaba con el larguero, que escupía de nuevo un balón que quedaba muerto a centímetros de la línea de gol, y Dinu reaparecía para evitar de nuevo ‘in extremis’ el tanto madrileño.

La dinámica se mantuvo hasta el descanso. El conjunto blanquiazul amasaba posesión y llegadas tímidas capitaneadas por Caiado, Ríos Reina y Jorge García, pero seguía adoleciendo de remate. Los visitantes, por su parte, aprovechaban los espacios que el propio dibujo blanquiazul ofrece, pero se chocaban una y otra vez con Dinu.


Cuesta arriba


El arranque de la segunda mitad fue un calco del de la primera, pero esta vez el guardameta rumano se quedó sin repertorio y el Navalcarnero tuvo la puntería que le faltó durante los primeros compases del choque. Y la que no tuvo la Deportiva. En el minuto 51, Isma Gil salvaba un remate a bocajarro de Fernando Román y un minuto después Álex González no perdonaba y adelantaba a los madrileños. Con los blanquiazules todavía digiriendo el mazazo, Joaquín aprovechaba un error en el repliegue berciano y dejaba el partido prácticamente sentenciado.

Y pudo ser peor. Con El Toralín enrabietado, el larguero evitaba que Carlos convirtiera la tragedia en goleada y poco después Andy devolvía a los blanquiazules al partido con un remate de falta tras una falta lateral botada por Jorge García.

A la Deportiva le tocaba tirar de épica y el Navalcarnero respondió con oficio. Los madrileños lograron parar el partido cuando mejor estaban los locales a base de ese ‘otro’ fútbol que se ensalza cuando se práctica y enerva cuando está enfrente.

Cuando parecía que los bercianos preparaban el asedio final, Stevens culminaba un contragolpe con un disparo lejano que se colaba por toda la escuadra, hacía inútil el gol de Jon García en el último suspiro y sentenciaba a una Deportiva para la que el ‘playoff’, ya en el mes de octubre, se ha convertido en una quimera.
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