Ponferradina 1 - 3 Sanse: 'Regalos para el Sanse, carbón para la defensa'

Los fallos defensivos condenan a una Deportiva que tras adelantare en el marcador y dejar buenas sensaciones, terminó siendo goleada

A. Cardenal
07/01/2018
 Actualizado a 13/09/2019
Fernando Román, durante el partido ante el Sanse. | A. CARDENAL
Fernando Román, durante el partido ante el Sanse. | A. CARDENAL
Con apenas 22 goles a favor al final de la primera vuelta, la lesión de Salinas y las salidas de Pallarés y Caiado, toda la atención en estos primeros días de año se ha centrado en la necesidad de reforzar la parcela ofensiva de una Deportiva que, salvo las exhibiciones ante Rayo Majadahonda y Adarve, ha mostrado una incapacidad preocupante.

Y mucho tendrá que acertar con las nuevas incorporaciones si se repiten tardes como la de este domingo y hacen falta tres goles para sacar algo positivo. El conjunto berciano cayó en el primer partido del año ante el Sanse (1-3) que aceptó de buena gana la generosidad y regalos defensivos de los blanquiazules y remontó un choque que se le había puesto muy cuesta arriba.

Y es que pese a las ‘teóricas’ necesidades, durante la primera parte la Ponferradina mostró una profundidad y lucidez ofensiva que no había sacado a relucir durante toda la primera vuelta. Yuri redondeó las buenas sensaciones desde los once metros, pero justo antes del descanso se produjo el primer descalabro y un empate que los de Carlos Terrazas no supieron digerir.

Así, dos fallos más en el inicio de la segunda mitad hicieron imposible recurrir a la épica y la cuarta victoria consecutiva se quedó en el camino. Habrá que seguir sufriendo.

Novedades y buen comienzo


2018 empezó con sorpresa en El Toralín. Menos de una semana ha necesitado Mandaluniz, única incorporación del conjunto berciano en estos primeros compases del mercado invernal, para convencer a Terrazas y relegar a Dinu al banquillo.

No fue la única novedad. Cidoncha regresó al once tras los problemas físicos que le dejaron fuera durante la ‘resurrección’ berciana en el mes de diciembre y junto a un Menudo que recordó al de la temporada pasada, fue clave para imprimir una marcha más en la medular y ver, por fin, una Deportiva rápida, vertical y con alternativas en los últimos metros.

De las botas del ex de Zaragoza y Albacete llegaron las primeras ocasiones. Primero lanzaba un contragolpe asistiendo a Iago Díaz, que no estaba muy fino y estrellaba en un defensa un balón que Yuri solo hubiera tenido que empujar; después se encontraba un rechace tras un saque de esquina que mandaba por encima del travesaño y terminaba su particular ‘hat-trick’ con un disparo tras zafarse de varios defensas en una baldosa que salió lamiendo el palo.

Al centrocampista le faltó la inspiración que sí tuvieron Isi –una pesadilla constante para la zaga– y Yuri. La dupla que sacó a la Ponferradina del abismo en el que se encontraba hace solo un mes, demostró que aquello de año nueva, vida nueva, no va con ellos. En la enésima internada del extremo por la banda izquierda, Bogdan cometía penalti tras rebañar el balón con la mano y desde los once metros, el ‘pichichi’ brasileño hacía inútil la estirada de Barrios, que adivinaba el lanzamiento, pero ni siquiera se acercaba a una pena máxima de manual; fuerte y buscando el ángulo superior.

Llegan los fallos


Por desgracia, el excelente estado de forma de Yuri e Isi no fue el único ‘vicio’ de la Deportiva de 2017 que volvió a hacer acto de presencia en el primer partido del año. El conjunto berciano le ha cogido gusto a esto de hacer sufrir al Toralín y devolvió al Sanse a un partido que parecía tener dominado.

Si bien Mandaluniz se ganó su primera ovación sacando un balón que buscaba la escuadra, el conjunto madrileño apenas había hecho acto de presencia por los dominios del guardameta vasco hasta el fatídico error de Fernando Román. El central estrenaba posición ocupando el flanco derecho para que fuese Jon García el inquilino del eje de la zaga y en una jugada aparentemente sin peligro, se complicaba la vida y perdía el balón ante Bikoro, que no desperdiciaba el regalo y batía a Mandaluniz en el mano a mano.

Tocaba ver cómo reaccionaba la Deportiva a un gol doblemente psicológico. El tanto, que llegaba a solo unos instantes del descanso, dejó al descubierto las dos caras de un equipo que tras el paso por vestuarios, trató de volcarse sobre la portería rival, pero terminó mostrando una fragilidad defensiva que no es un problema de nombres ni de fichajes, sino de concepto.

Con las tablas, llegaron las prisas y los nervios. El cóctel, fatal por sí mismo, encontró un ingrediente extra, un 3-3-3-1 que castiga al máximo el más mínimo de los fallos. Y este domingo la Deportiva cometió muchos. Si en el primer gol Fernando Román allanaba el camino a los madrileños con una pérdida inexplicable, en el segundo Mandaluniz salía a por uvas y le regalaba el tanto a Toni Arranz.

La pesadilla no terminó ahí. Los bercianos, totalmente groguis, empezaron a descuidar su espalda y tras un par de avisos, Fernando Ruiz encontraba una autopista por el carril de Álvaro Moreno y ponía todavía más tierra de por medio en el marcador.

Con media hora por delante, a la Deportiva no le quedaba otra que recurrir a la épica que tan bien le había funcionado hasta la fecha, pero no hubo milagro para empezar el año. Una volea desde la frontal de Yuri y una falta que rozó la escuadra de Menudo fueron lo más peligroso de una Ponferradina que tras tres victorias consecutivas, volvió a las andadas.
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