Ponferradina 1 - 2 Celta B: ' Y colorín, colorado...'

La Deportiva cae ante el Celta B, muy superior durante la primera parte, y sigue en zona de descenso / Los blanquiazules reaccionaron tras el descanso, pero les faltó puntería

A. Cardenal
19/11/2017
 Actualizado a 05/09/2019
Iago Díaz trata de robar el balón a un jugador rival. | A. CARDENAL
Iago Díaz trata de robar el balón a un jugador rival. | A. CARDENAL
...Este cuento se ha acabado. La Deportiva cayó ante el Celta B (1-2) y sigue, a solo cuatro jornadas del parón navideño, en zona de descenso. Con tres victorias en quince jornadas, el ‘playoff’ o el ascenso es un ‘cuento’ para el que ni al más optimista se le ocurriría un final feliz.

Se cumplió una máxima que semana sí y semana también persigue a la Deportiva: el que perdona, lo paga. Y es que si bien al Celta B solo le costó once minutos romper la muralla berciana con una jugada que sonrojó, por calidad, verticalidad y velocidad de combinación a toda la escuadra blanquiazul, fueron los de Carlos Terrazas los que dispusieron de las primeras ocasiones.

Prácticamente en la primera jugada, Yuri perdonó en una de esas ocasiones que han sido sinónimo de gol a lo largo de su carrera, un balón suelto al segundo palo casi en área pequeña que el brasileño, con todo a su favor, mandó al lateral de la red.

La oportunidad envalentonó a los bercianos, que mantuvieron el cerco a la portería de Jero. Sin embargo, después un remate de cabeza de Cidoncha tras un saque de esquina que salía  lamiendo el larguero y la sensación de que esta vez, la Deportiva quería mandar desde el primer minuto, todo se fue al traste.

Tras el arreón inicial, una jugada dejó claro por qué, salvo debacle de unos y resurrección casi bíblica de otros, el Celta B volverá a luchar por el ascenso y a la Deportiva le tocará, por duro que suene, intentar sufrir lo  mínimo posible.
El filial vigués impuso la triste cordura que a día de hoy marca la clasificación con un contragolpe de manual que finalizó Dennis y mostró una Deportiva completamente impotente, que perseguía sombras y llegaba siempre un segundo tarde.

El tanto fue un mazazo. Las buenas intenciones con las que los de Carlos Terrazas habían saltado al césped se esfumaron y el encuentro se convirtió en un monólogo visitante, con un conjunto berciano endeble en defensa e incapaz de encadenar tres pases seguidos en ataque.

Con los blanquiazules totalmente ‘groguis’, llegar 0-1 al descanso era incluso una buena noticia, pero lo peor estaba por llegar.

Dinu, uno de los pocos que había conseguido escapar del suspenso generalizado de la Deportiva en este arranque de temporada, se unía al festival de despropósitos al despejar mal un balón ‘a priori’ asequible que terminaba en la portería. ¿El autor del disparo? Pastrana, ese jugador que el año pasado vivió en el ostracismo, un ejemplo de la maquina de devorarlo todo en la que se ha convertido la Ponferradina en los tres últimos años.

Con gritos de «fuera, fuera» y sonido de viento en la grada se llegaba al descanso. El inicio de la segunda no fue mucho mejor. Porque si hay algo peor que la decadencia que se ha instalado en el equipo blanquiazul es que incluso El Toralín pareció tirar la toalla y a corear con «olés» sus acciones.

Por suerte para los bercianos, cuando el divorcio entre equipo y grada empezaba a quedar patente, Cidoncha forzaba un penalti tras una cabalgada y Yuri recortaba distancias. Incluso la tangana después de que el ariete intentara quitarle el balón a Jero para sacar rápido devolvió al partido a jugadores y grada, que recuperó la fe en la remontada.
Que el partido se trabase y diera paso a una batalla por cada balón también fue positivo para la Deportiva, que mientras  el choque había transcurrido sin incidentes y el balón había sido visitante apenas había inquietado a los vigueses.

En la recta final, el asedio fue total. Ríos Reina rozó la escuadra con una volea en semifallo y Iago Díaz vio como primero un defensa sacaba sobre la misma línea de gol su remate a bocajarro y después un disparo casi sin ángulo se escapaba muy cerca del palo.

Y volvemos al inicio de esta crónica: el que perdona, lo paga. La Deportiva, mucho más ambiciosa tras el tanto, no materializó sus ocasiones y sigue en el pozo. Salir de él es, a día de hoy, su único objetivo.
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