Ponferradina 0 - Granada 0: 'Un punto con sabor a resignación'

La Deportiva, que sudó para dejar su portería a cero, no encontró la manera de hacer pagar al Granada su falta de acierto y suma su cuarto partido sin ganar en El Toralín

J. A.
08/10/2022
 Actualizado a 08/10/2022
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No termina de encontrar la Ponferradina la manera de sumar de tres en tres, una situación frustrante especialmente cuando lo hace ante su afición, que no ve ganar a su equipo desde la segunda jornada de liga. Son ya 4 partidos sin poder celebrar una victoria después de no poder pasar del empate ante el Granada, un resultado que en otras circunstancias podría verse como bueno por la entidad del rival y el desarrollo del partido, pero que tras lo visto por parte del equipo y su trayectoria, produce más bien resignación.

Y es que no fue la Ponferradina el equipo que quiere ser, superado por un conjunto nazarí que controló el centro del campo, tuvo el balón y llevó la iniciativa hasta el punto de merecer durante muchos minutos llevarse la victoria. Sin embargo, no estuvo acertado el conjunto nazarí en los últimos metros y también estuvieron bien tanto Amo como especialmente Pascanu evitando ese pase decisivo que comprometía a un Amir que también realizó alguna intervención de mérito. Además, anuló el colegiado dos tantos al Granada de forma correcta, uno a Jorge Molina en la primera parte por fuera de juego y otro a Miguel Rubio en la segunda por mano.

Sudando para mantener la portería a cero, no estuvo bien la Deportiva en ataque, mucho mejor en el tramo final de la primera mitad y en la segunda parte tras los cambios de José Gomes, pero sin ser capaz de hacer pagar al Granada su perdón en las muchas jugadas que tuvo en el área blanquiazul.

Los primeros 40 minutos fueron prácticamente un monólogo de un Granada que no encontró el golY es que no termina Gomes de dar con la tecla para conseguir que su equipo sea protagonista. Este sábado, sorprendió en ese sentido la salida del once de Nwakali, sin duda el mejor jugador del equipo con balón, dejando un centro del campo con Erik Morán y Sabit que apenas pudo dedicarse a achicar agua. Así, ante la buena presión alta del conjunto nazarí, le quedó a la Deportiva el recurso del balón largo a la espalda de la zaga que intentaron aprovechar Yuri y Derik Lacerda sin apenas éxito.

Porque tardó 20 minutos en llegar el primer acercamiento de los bercianos a la portería de Raúl Fernández, el primer balón largo que sí pudo aprovechar Lacerda, que por otra parte no estuvo acertado en el pase que hubiera dejado a Yuri solo para embocar. Hasta ahí, todo había sido correr detrás del balón y defender el área, si bien Callejón y Bodiger apenas pudieron probar desde lejos a Amir.

Sufriendo especialmente por la banda de un Paris que da signos de agotamiento, si bien Lukaku también sufrió sin apenas poder pasar del centro del campo, el gol anulado a Molina por fuera de juego y un nuevo disparo de Callejón suponían un aviso más a una Ponferradina que parecía estar contra las cuerdas y pidiendo el descanso. Sin embargo, la entrada de Edu Espiau al lesionarse Lacerda supuso un inesperado giro de acontecimientos justo antes del entretiempo. El canario se encontraba con una gran dejada de Naranjo y en el primer balón que tocaba, solo ante Raúl Fernández, mandaba alta una volea que podía haber cambiado el partido. Además, en la última acción de la primera parte a punto estaba Pascanu de rematar en el segundo palo una falta lateral botada por Dani Ojeda.

En menos de 5 minutos habían cambiado drásticamente las sensaciones de una Ponferradina dispuesta a aprovechar el momento a la salida de vestuarios. Moi entraba por Lukaku buscando proteger un poco más al equipo, pero era Espiau el que le daba otro aire al ataque y de hecho a punto estaba de marcar en la primera jugada, repeliendo su disparo en el área pequeña Rubio.

El Granada, que había arriesgado metiendo a Rochina por Ricard en el descanso, tuvo precisamente en el centrocampista a uno de sus protagonistas. Amo, en uno de sus pocos errores del partido, estuvo a punto de costarle el gol a su equipo, perdiendo un balón en la salida y dejando solo al jugador nazarí ante un Amir que sacaba un pie milagroso en el mano a mano ayudado también por la presión de Pascanu.

La entrada de Espiau le dio otro aire al ataque de la Deportiva, que tuvo también ocasiones para marcarDio un pasito atrás con ello la Deportiva, que metió a Nwakali buscando intentar ganar el centro del campo. No lo logró de primeras, con Melendo y Puertas disfrutando de dos buenas ocasiones que enviaron fuera de la portería de Amir, pero sí le dio beneficios a la larga.

Porque apretó la Ponferradina buscnado hacer pagar sus errores al Granada, pero tampoco fue su día en ataque. Una combinación entre Morán y Espiau la despejaba un zaguero in extremis, Pascanu remataba un balón en el área que Víctor Díaz desviaba cuando parecía colarse en la portería y un contraataque liderado por Espiau no encontraba el remate limpio ni de Yuri en primera instancia ni del propio jugador canario en el rechace.

Dicen aquello de que «partido que no puedas ganar no lo pierdas» y, sabiendo además lo que le había costado llegar al equipo a ese tramo final de partido con el resultado inicial, quizás inconscientemente los de Gomes se metieron atrás para sufrir los últimos minutos. Lo hicieron especialmente por banda izquierda con la entrada de Bryan. Amo evitaba que un pase suyo le llegara a Arezo para que se plantase solo ante Amir, que salvaba un remate casi a bocajarro de Uzuni a pesar de quedar después la acción invalidada por fuera de juego previo. Además, una falta lateral que Miguel Rubio remataba con la mano a gol quedaba bien invalidada por el colegiado.

Así murió el partido, con un empate que seguramente no deja contento a ninguno de los dos equipos y que si bien es positivo para la Ponferradina tras lo visto sobre el césped, deja en la afición una sensación de resignación al ver que los grandes ya no caen en El Toralín y así es muy difícil salir de la medianía de la tabla. ¿Toca mirar hacia abajo? En un abrir y cerrar de ojos, el miércoles en Villarreal, una nueva oportunidad de demostrar que el equipo puede estar para algo más.
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