Ponferradina 0 - 0 Cultural: 'Tablas en un derbi de fogueo'

Las defensas brillaron en un partido con más intensidad y precauciones que ocasiones / La Deportiva, que pierde el liderato, estuvo más fina en la primera parte y la Cultural despertó en la segunda

L.N.C.
18/11/2018
 Actualizado a 18/09/2019
Una acción del encuentro en El Toralín. | MAURICIO PEÑA
Una acción del encuentro en El Toralín. | MAURICIO PEÑA
Deportiva y Cultural firmaron tablas (0-0) en un derbi en el que ninguno de los dos equipossupo rentabilizar sus mejores minutos yque a pesar de costarle el liderato a los blanquiazules, no deja tocado a nadie.

Hubo una mitad para cada equipo. En la primera parte fue la Ponferradina la que arrinconó a su rival, aunque Palatsí solo tuvo que intervenir para despejar un disparo lejano de Saúl. En la segunda, bercianos y leoneses se intercambiaron los papeles y se vio la mejor versión de los de Cea, pero Gazzaniga apenas apareció hasta el tiempo de descuento y solo lo hizo para despejar de puños un par de balones colgados desde la esquina.

Y es que el protagonismo fue para las defensas. Con Yuri en la grada y Aridane en una ‘isla’, los focos se centraron en los Zabaco, Trigueros, Iván González o Saúl, muros que frenaron en seco a una artillería que ayer fue de fogueo.

Duelo de estilos


El derbi también lo fue de estilos. Bolo optó por dar solidez al once con Jon García en el lateral y Son como interior, una variante con la que la Deportiva se siente más a gusto ante rivales que como la Cultural, quieren llevar la batuta del choque desde la posesión.

En el equipo leonés, Cea se la jugó con sus cartas y salió con toda su arsenal: Aridane, Señé y Hugo Rodríguez, para poner a prueba la contundencia de una defensa sobre la que el conjunto berciano había cimentado su liderato.

Con dos equipos cuya manera de entender el fútbol se encuentra en las antípodas, que no iba a haber bandera blanca quedó claro desde el primer momento. Pese a que el plan ‘a’ de Bolo solo duró diez minutos –los que tardo Jon García en romperse–, la entrada de Carnicer no cambió la hoja de ruta y los bercianos firmaron un arranque de choque con más pasión que fútbol, un guión que les iba como anillo al dedo.

Con Grande como ‘9’, la Deportiva convirtió cada balón en una batalla y empezó a amenazar la portería de Palatsí. El primer aviso serio fue de los locales. En una buena triangulación entre Jorge García, Son y Saúl, el canterano probó guardameta culturalista con un disparo duro desde el pico del área que se topó con los puños del castellonense.

Fue el único ‘oasis’ de lucidez en una primera mitad que los blanquiazules ganaron a los puntos, pero que, siguiendo el símil pugilístico, no conseguía dejar ‘KO’ a la Cultural.

De hecho, cuando los leoneses lograron bajar las revoluciones y calmar el ímpetu de los locales, se vio una Cultural con criterio. Eneko daba otro aire a los de Cea cada vez que lograba esquivar la asfixiante presión de los bercianos, pero ni Señé ni Hugo Rodríguez conseguían encontrar espacios ni conectar con un Aridane más preocupado de defender el balón parado que de hacer cosquillas a la zaga deportivista.

La Cultural despierta


Al descanso se llegaba con un remate acrobático de Grande tras el enésimo saque de esquina botado por Jorge García –la mejor arma de los blanquiazules en el primer acto– que blocaba sin demasiados apuros Palatsí y la sensación de que mientras la mejor versión de la Deportiva no conseguía hacer daño a un rival con un margen de mejora inmenso.

De hecho, tras el paso por vestuarios se vio a una Cultural mucho más entera, pero el derbi dejó con ganas de más. Los leoneses amasaron posesión en el segundo acto, un dominio que se quedó en poco más que una declaración de intenciones y un carrusel de disparos de larga distancia que acabaron en la grada.

Y es que los culturalistasno lograron traducir su mejoría en ocasiones claras. Solo una mala entrega de Gazzanigay algún ‘chispazo’ de Señé consiguieron meter el miedo en el cuerpo a una Ponferradina que aceptó de buen grado su rol y esperó una oportunidad al contragolpe que nunca llegó.
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