Politiqueo

21/06/2018
 Actualizado a 17/09/2019
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Somos europeos, de esto no hay duda, pero el español es de fácil reconocimiento allá por donde vaya, solo hay que seguir el ruido de voces que vienen de lejos. Alegría no nos falta, pero aún nos queda mucho para llegar a considerarnos de la unión. Podemos empezar por los salarios y continuar con otras tantas cosas más. Eso sí, la seguridad social que no nos la quiten. Ahora somos humanitarios, lo somos tanto que salimos en las televisiones de todo el mundo, la inmigración como moneda para muchos y no tanto para los que se juegan la vida. Es curioso, esos mismos días de tanto barco, que al final nos ha aburrido, entraban mil inmigrantes en pateras por nuestras costas del sur, pero de esto mejor no hablar por que entonces ya no seríamos tan humanitarios. Claro que, con el mundial de fútbol encima, a quién le va importar mucho todos estos asuntos, ya tenemos nuestra dosis de distracción y de paso sacamos las banderas al balcón, por las calles y nos pintamos las caras, incluso aquellos que reniegan de esta seña de identidad porque viene de tiempos pasados. ¡Cuántas cosas en tan pocos días!, ponle zanahoria delante al burro, grande, ande o no ande. Vamos a hacer las cosas bien, dice Pedro Sánchez, que nos ha dado el ministro más corto de toda nuestra historia, pero si hay algo cierto, no entran en polémicas y de momento el respeto prima. Ahora bien, una lección que algunos no tienen del todo claro, me refiero a los profesionales y colaboradores de los medios, que parecen estar más pendientes del politiqueo que de otra cosa, vamos, que si soy de un partido voy a aprovechar para ver si desprestigio en un todo vale, incluyendo mentiras, fake news o cualquier otra patraña que a su mente creativa le de por imaginar. Este país necesita que el periodismo recupere credibilidad, aparcar los sentimientos partidistas e informar con rigor, por supuesto, dejar a un lado los insultos y otras memeces que solo contentan a unos pocos, que por cierto suelen ser los amiguetes de partido y que da la sensación de que algunas de las clases que se imparten en la universidad, o se han olvidado, o directamente estaban en la cantina jugando al mus. Solo hay que leer a algunos a los que les ceden un espacio en medios impresos, digitales, e incluso la televisión o la radio. ¡Cómo no va a estar la población confundida! La noticia es lo que es, información y no por mucho que la adornemos va a cambiar, pero si por el camino algún despistado se la cree, eso que hemos ganado. Dejemos el politiqueo variado.
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