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Políticamente incorrectos

19/01/2019
 Actualizado a 17/09/2019
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No tengo por costumbre opinar impulsivamente en las redes sociales sobre temas que fácilmente inciten a la discusión; sin embargo, yo no sé si es la edad o el hartazgo, hace unos días, leyendo unos comentarios en el muro de un conocido, en los que varias personas afirmaban que el feminismo era un invento para ganar dinero y gastárselo en Fantas, me lancé al ruedo en defensa de las víctimas, en defensa también de una ley de violencia de género que aunque mejorable, creo necesaria. Fui educada en mis argumentos, clara también, y me llamaron ‘feminazi’. Es posible que hasta se rieran de mi, según ellos, ‘insensata ingenuidad’. Respondí nuevamente a pesar de advertir con claridad meridiana que estaba atrapada en una emboscada ‘enemiga’. Esas personas jamás se convencerían de que cuando una mujer dice ‘no’ es ‘no’. Ellos y ellas, que también había chicas, piensan que algunas van provocando, que se lo buscan, y que hay denuncias falsas, que los hombres también son víctimas, que la violencia no tiene género ni es tan alarmante ni necesita una especial legislación y además piensan que los asesinos siempre son extranjeros. Vienen a matar a sus mujeres. Reconozco que lo primero que pensé fue: «Son votantes de Vox». Cuando la rabia fue cediendo me di cuenta de que caía en la trampa. Es posible que, en efecto, estas personas voten a Vox, lo cual no es de mi incumbencia, pero la violencia machista es un tema que se está politizando en extremo. La sociedad está concienciada, y está, además, unida (la sociedad civilizada) contra el maltrato, la agresión, la violación y el asesinato. Hombres y mujeres, de izquierdas y de derechas. Creo sinceramente que es así. La cuestión es que se está aprovechando la postura del electorado frente a este tema como un ardid populista. Si eres machista acércate a la ultraderecha, si eres feminista moderado, elige entre PP o Ciudadanos, feminista agudo-PSOE, ‘feminazi’, entonces te va el morado. Demasiado interés y falsedad. Todos se apuntan a defender a las mujeres en su discurso, pero los hechos cantan. Cantan cuando se recortan ayudas a las víctimas, cuando no se reforma el Código Penal para que violar en manada se pague más caro, cantan cuando se gastan más en vestuario para la presidencia de una comunidad autónoma que en casas de acogida y protección. No seamos hipócritas. Contra la violencia, todos debemos estar unidos, el consenso es necesario por supremacía moral. Cuando están en juego la vida y la justicia, las galerías están de más.
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