Política cognitiva

Sin entrar en el complicado terreno de los títulos universitarios, o más bien su ausencia, quizá sería bueno realizar algunas pruebas cognitivas a nuestros dirigentes políticos antes de que asuman el cargo. Pasó a nivel nacional con Pedro Sánchez y el resto de líderes, que no entendieron que las urnas les ordenador negociar y llegar a acuerdos y nos pidieron que les repitiéramos el mismo mensaje, bien es cierto que con algunos matices que advierten de peligros inminentes. Pasa también en las instituciones más cercanas con todo lo que tiene que ver con el desarrollo de los parques comarcales de bomberos: a la gente, a los pocos resistentes que aún dan vida a nuestros pueblos, no les importa demasiado el ratio de funcionarios, las ruinosa licitaciones a las que ninguna empresa quiere optar, el plan integral de toda la comunidad o si la financiación viene de la Junta o de la Diputación. Lo que les importa, como es natural (se pierde demasiado a menudo la naturalidad en todo el debate político) es que no sentirse desprotegidos y que cuando hay un fuego haya un servicio eficaz de extinción. Los operarios pueden venir el escudito que corresponda, pero lo importante es que eviten desgracias o, cuando menos, el pánico comunal. Ayer Diputación y Junta celebraron un encuentro en León en el que sus responsables vinieron a decir que iban a llegar a un acuerdo seguro pero que todavía no... y que en cuanto a la financiación queda mucho por negociar. Eso es, exactamente, no entender el mensaje de los contribuyentes.