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Polarización y aturullamiento

14/02/2019
 Actualizado a 17/09/2019
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La sociedad española atraviesa un momento de extremada polarización social. Las manifestaciones de verbo encendido en contra o a favor de personas es un síntoma. Atacar a un personaje, en vez de cuestionar ideas concretas formuladas por el mismo, refleja una simplificación de la realidad: «las cosas solo pueden ser como las cuenta mengano o como las relata zutano». Esa tendencia es un signo de adormecimiento de la reflexión. ¿Cómo se puede estar en total acuerdo o desacuerdo con la integridad de lo que piensa alguien? Se podrá converger en algún pensamiento, pero en todo… es imposible.

Por tocar un problema cercano, origen de encendidas acusaciones: la cuestión catalana; la masa te empuja a estar a favor o en contra de… No hay términos medios, ni matices, ni debate casi, solo improperios. En este tema, como en tantos otros, caben más posiciones, que acepten unas premisas y otras no. Por ejemplo, se puede estar de acuerdo en impedir la violación de la norma constitucional para resolver las aspiraciones del independentismo catalán; sin embargo se puede opinar además en favor de someter la Constitución a modificaciones que lo permitan, si el pueblo español está de acuerdo, por los procedimientos previstos. Esto supone no estar ni a favor de los unionistas a ultranza, ni a favor de los independentistas.

Otro ejemplo similar que surge ocasionalmente es el debate sobre los gastos en defensa. Sin embargo hay pensamientos intermedios, que abogan por mantener unas fuerzas armadas comprometidas con el aparato productivo nacional, lo que alimenta el mercado laboral y el bienestar de miles de familias. Esta contradicción entre supresión y mantenimiento se puso de manifiesto en Cádiz, cuando la posible paralización de los astilleros militares de la bahía amenazaba la ya maltrecha economía de los pacifistas gaditanos. Por lo tanto ni los gastos de defensa roban todos los recursos al pueblo, ni todos las compras militares se pueden hacer al mejor postor, porque existen intereses sociales que hacen prevalecer las adquisiciones dentro de España.

La falta de un espíritu crítico lleva a suscribir errores clamorosos que se ocultan dentro del ‘pack candidato’. Un caso reciente en Andalucía incluyó la desaparición de la televisión autónomica, cuando el estatuto de autonomía no lo permite.

La comodidad de adoptar colectivamente y sin espíritu crítico argumentarios completos que otros crearon nos lleva a un mundo de simulación. La bolsa, que evoluciona en buena medida sobre suposiciones, anticipa el extraño entorno político y social en el que ya nos estamos internando, donde el simplismo condiciona el devenir.
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