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Plan estratégico cojo

04/10/2018
 Actualizado a 17/09/2019
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Se ha presentado el Plan Estratégico de León (PEL) con gran aparato mediático. Las críticas han sido inmediatas, pero hace falta entrar en más profundidad para extraer conclusiones afinadas.

León necesitaba un plan estratégico desde hace muchos años. Ya en los noventa Iniciativa Social Leonesa se lo propuso a Mario Amilivia, recién elegido alcalde, infructuosamente. Un plan estratégico alinea las fuerzas de una ciudad hacia un destino que se supone positivo y ambicioso. Bajo ese punto de vista, realizar un plan estratégico, aunque sea incompleto o mal trazado, es una ventaja competitiva. Permite realizar un análisis hondo e iniciar un camino necesario hacia una ciudad moderna y desarrollada.

Si un plan estratégico está redactado correctamente por un consultor externo y experto, como corresponde, vale mucho más de los 100.000 euros, que aquí han causado tanto escándalo. Si la reacción fue ésta se debe a dos causas: el desconocimiento y los defectos notorios que contiene el plan presentado. ¿En qué contiene importantes carencias el Plan Estratégico de León?

La primera parte, que es el diagnóstico, es inconsistente porque en lo esencial se basa en las encuestas a los actores locales, necesarias pero que no pueden constituir la parte nuclear. La fase de diagnóstico debe contener numerosas evaluaciones numéricas sobre la ciudad y tablas comparativas con urbes del entorno o con ciudades similares. No existe tal aportación en el documento presentado.

Además un plan estratégico de ciudad exige pintar una ‘visión’, un escenario a lograr al final del plan. La ‘misión’ es la traducción a lo concreto, a lo numérico, de esa ‘visión’. En este plan no existe misión ni visión, porque no se explicita con claridad qué se quiere más allá de cuatro vaguedades y frases hechas. «Mejorar el posicionamiento de León» no es una visión, ni una misión, sino un tiro al aire. El plan despliega aparentemente unos planes de acción, pero sin responsables ni presupuesto.

En resumen, lo que se ha presentado es un documento para aparentar que hay un plan estratégico, pero no lo hay aún. Sin embargo inicia un camino interesante que se había insinuado con el plan León XXI21, con el que se concurrió a las ayudas europeas sobre desarrollo urbano sostenible. Ahora toca hacer un PEL de verdad, a partir de éste, con una proyección ambiciosa y realizable a 10 años. Por ejemplo: León, ciudad central del noroeste ibérico en cultura musical, comunicaciones terrestres, alimentación, TIC y química farmacéutica, con un nivel de renta por encima de la media española y dentro del top 10 europeo de calidad de vida. Ambicioso, concreto y medible.
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