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Plan de retorno

20/01/2020
 Actualizado a 20/01/2020
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Los llaman planes de retorno del talento y buscan crear condiciones en las que los exiliados económicos de esta provincia puedan, como el propio nombre indica, retornar a la tierra de la que ojalá nunca se hubieran tenido que ir. A nosotros nos hace sentir orgullosos cada vez que contamos la historia de un leonés o leonesa que ha logrado importantes méritos donde se hace necesario, hoy y en este mundo, alcanzar esos méritos. Pero también nos llena de tristeza cuando esas metas han sido alcanzadas como resultado de una expulsión, cuando no era el camino elegido en el inicio, porque, por fortuna, también hay quienes consiguen logros superando los obstáculos que plantea esta tierra.

Muchos de los exiliados son amigos que regresan cuando pueden a reunirse con sus seres queridos. Vuelven a casa, pero esa vuelta no es sencilla porque suele dejar síntomas, alguna herida que les recuerda, con la sutileza del picotazo de un mosquito, por qué se fueron.

Mi amiga partió de Edimburgo (Escocia) a las cuatro de la mañana para volver por cinco días a León a estar con los suyos. Tras doce horas de trasbordos y aeropuertos, a escasos kilómetros de León, el tren, un Alvia, se paró durante más de una hora y media. Algunos pasajeros repetían en esta experiencia, que no parece ya ser fruto de la casualidad. En total, más de dos horas de retraso, que no se compensan de ningún modo cuando se restan de los esperados buenos momentos en una agenda más que apretada.

En tiempos de programas integrales, transversales, multiacción... y otras muchas palabrejas, cuesta creer que se desdeñe el mejor plan de todos, que las cosas funcionen como deben hacerlo. Quizás entonces todo el talento al que se dirigen estas nimias subvenciones y empleos temporales se plantearía retornar a casa. Quizás entonces no harían faltan propinas para que los hijos volvieran a sus casas.
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