Plácido Domingo, rey de Verona

El festival italiano homenajea con una gala lírica al cantante español, que debutó en la Arena de Verona en 1969. El evento celebrado en agosto llega este jueves al Van Gogh

Javier Heras
03/10/2019
 Actualizado a 03/10/2019
Plácido Domingo en la gala lírica celebrada el pasado mes de agosto en la Arena de Verona.
Plácido Domingo en la gala lírica celebrada el pasado mes de agosto en la Arena de Verona.
Era julio de 1969. Los Beatles publicaban ‘Let it Be’, su último álbum antes de separarse. Faltaban pocas semanas para Woodstock. Franco nombraba a Juan Carlos I su sucesor como Jefe de Estado. Richard Nixon, recién elegido presidente, anunciaba la progresiva retirada de las tropas en Vietnam. En los cines, se estrenaban las revolucionarias ‘Easy rider’ y ‘Grupo salvaje’.

La misma semana que Neil Armstrong pisó la Luna, un tenor de 28 años, Plácido Domingo, debutaba en Italia. Anna Netrebko no había nacido; Jonas Kaufmann acababa de hacerlo. La época dorada de la ópera estaba llegando a su ocaso: mientras Maria Callas grababa la película ‘Medea’ a las órdenes de Pasolini, Domingo, ya padre del pequeño Álvaro y fulgurante estrella del Metropolitan, protagonizaba dos títulos en la Arena de Verona: ‘Turandot’, junto a la mítica Birgit Nilsson; y ‘Don Carlo’, en un elenco insuperable con Montserrat Caballé, Piero Cappuccilli y Fiorenza Cossotto. Los siguientes cursos actuaron allí Carlo Bergonzi, Franco Corelli o Luciano Pavarotti. Todas las personas aquí citadas están muertas con la excepción de Cosotto, que se retiró hace dos décadas.

Con motivo del 50 aniversario de aquel debut, en agosto de 2019 el cantante y director madrileño recibía un homenaje del Festival de la región de Véneto, uno de los más antiguos y populares del mundo. Inaugurado en 1913 (coincidiendo con el centenario del nacimiento de Verdi), tiene lugar en un impresionante coliseo romano del siglo I, con capacidad para 30.000 espectadores. Ya en 2009 la Arena había celebrado el 40 aniversario de Plácido, que se metió en la piel de Otello, Cyrano y Don José (Carmen), tres de los más de 150 papeles de su inigualable carrera. Si por entonces aún defendía el registro de tenor –el mejor del siglo XX según la BBC Musical Magazine–, con el tiempo se ha adaptado a los roles de barítono. Es la única factura que le ha pasado la edad, porque nadie diría que su ritmo de vida sea el de un hombre de 78 años. En la misma semana, tomó la batuta en ‘Aída’, encarnó a Giorgio Germont en ‘La Traviata’, cantó en las Termas de Caracalla y fue jurado en su concurso, Operalia, en Praga.

Y, por fin, llegaba la gran gala lírica. Una noche dedicada a Giuseppe Verdi, con extractos de tres de sus obras maestras. Pero no en versión de concierto, sino escenificadas con todas las de la ley. La grabación se podrá ver en Cines Van Gogh este jueves a partir de las 20:00 horas.

Primero fueron fragmentos de los actos III y IV de ‘Nabucco’ (1842), con Domingo como el rey de Babilonia, que después de invadir Israel recapacita y libera a los esclavos judíos. Conmovedoras su aria ‘Gio di Giuda’ y el imborrable coro ‘Va pensiero’. Seguidamente vendría el último acto de ‘Macbeth’ (1847), también en el rol titular. Tras el célebre coro ‘Patria oppressa’ y del pasaje de sonambulismo de la soprano, el tiránico rey de Escocia lamenta haber perdido el amor del pueblo en ‘Pietà, rispetto, amore’. Con sus enemigos a las puertas, se arrepiente de su ambición: «Sobre tu tumba no esperes elogios, solo maldiciones».

Como colofón de la velada, ‘Simon Boccanegra’ (1857), el último papel que le gustaría representar en vida. Los actos II y III son una sucesión de dúos: de los amantes Amelia y Gabriele, de estos con el padre de ella (el dux de Génova), y de los enemigos Simon y Jacopo Fiesco, que concluye con la emotiva muerte del primero. El sabio gobernante exige una gravedad de barítono verdiano de la que Domingo carece, pero la compensa sobradamente con su musicalidad, su carisma, su buen gusto en el fraseo, su entrega, su presencia escénica y su emotividad.

Para la ocasión, la Arena de Verona rodeó al cantante español de algunos de sus colaboradores de confianza. La soprano napolitana Anna Pirozzi debutó con él en La Scala en 2018, y es una habitual de Les Arts, el Real y el Liceu; aquí encarna a Abigaille (Nabucco), Amelia (Boccanegra) y Lady Macbeth. El tenor mexicano Arturo Chacón-Cruz, ganador de Operalia en 2005 y el Plácido Domingo Award de Los Ángeles en 2019, asume los roles de Ismaele, Gabriele y Macduff. En el foso, el joven valenciano Jordi Bernàcer (Alcoi, 1976), principal invitado de la Semperoper de Dresde o la Orquesta Nacional de España, y residente en la Sinfónica de San Francisco.
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