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Placer por el despelleje

12/03/2021
 Actualizado a 12/03/2021
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¿Saben cuando hay gente a la que solo tienes que quedártela mirando un rato, esperando a que termine haciendo una tontería? Pues en lo que a las columnas de opinión se refiere, estamos en una situación muy parecida. Hay semanas que piensas que no hay temas novedosos de los que hablar y solo tienes que esperar sentado a que alguien haga alguna mamarrachada. Vivimos en un momento francamente maravilloso para periodistas, opinadores, conversadores de bar y grupos de chats variopintos, en los que temas de conversación no faltan e incluso, si no se mide lo que se dice, pueden ser hasta motivo de guerras fratricidas.

Esta semana, los días parecían sucederse sin ninguna noticia especialmente relevante y con la atención mediática centrada en el tiempo, el fútbol o en algún programa bazofia de la televisión con temática rebuscada para generar polémica y darle a la máquina de ‘picar carne’. Era así hasta que el miércoles se desató el tsunami político.

La decisión sorpresiva del partido Ciudadanos de presentar una moción de censura conjunta con el PSOE contra el gobierno de Murcia presidido por el Partido Popular originó un efecto dominó que, como un eje de caos, se extendió por la Comunidad de Madrid con el anuncio de elecciones anticipadas ante el riesgo de otra moción de censura y terminó en Castilla y León con la precipitación del PSOE de Tudanca en la presentación de otra moción de censura.

Más allá de las causas de estos movimientos políticos que darían para varias columnas, me gustaría hacer una reflexión sobre si, a día de hoy, lo que más les puede preocupar a los ciudadanos son los navajeos políticos autonómicos por aquello del quítate tú para ponerme yo. A esa gente que espera la vacuna para sus padres o abuelos, a esos policías, guardias civiles, bomberos o profesores a los que tienen en un limbo sanitario porque son demasiado jóvenes para que les pongan las vacunas de Moderna o Pfizer, pero demasiado mayores para ponerles la de AstraZeneca, la gente sin trabajo, los empresarios asfixiados… a toda esa gente, créanme que estos movimientos políticos, les resbalan.

Después de lo del miércoles, la pandemia en España «ha terminado» al menos por unas semanas y dejaremos de prestar atención al ritmo de vacunación, a los brotes y hasta a los muertos, hablando de los motivos por los que el partido naranja se ha empeñado en desaparecer en tiempo récord, si los madrileños tienen derecho a votar o si al final la justicia se inclinará por admitir la moción de censura presentada por Errejón y el PSOE, en buscar a posibles tránsfugas en el parlamento autonómico de Castilla y León que hagan prosperar una moción de censura presentada con absoluta precipitación…

Está claro que en España nos va la gresca y haya pandemia mundial, invasión extraterrestre o impacto inminente de un asteroide, siempre encontraremos un ratito para despellejarnos y dar la espalda a lo verdaderamente importante.
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