Pilotos de la flota de carritos volantes contra el calor

El apellido 'De Coladilla' ya es una seña de identidad, una forma de hacer y de entender los negocios y la vida. Unido a otro apellido: Yuste.

A muchos leoneses al escuchar el apellido De Coladilla se les viene a la cabeza un nombre, yogurt, u otro, quesería. Y un denominador común, artesanal.

Pero en verano recorre la provincia otra flota —seis carritos—de la misma casa con otro producto artesanal. Pero en Heladería de Coladilla no solo es artesanal el helado, que también, llaman mucho la atención los carritos, similares a aquellos que había por España en los años 40 y 50 pero que han desaparecido. "De hecho, intenté hacerme con uno de aquellos pero no fue posible", explica Fernando Yuste, Nano, que es quien está al frente de este negocio "que es el más estacional que te puedas imaginar, son estos tres meses de verano y se acabó... y el tercero, mirando al cielo, que nunca se sabe cómo va a venir".

Como no encontró los viejos carritos fue el propio Nano quien sacó su vena artística o artesana y lo construyó. "Empecé con un carrito, ya hace 14 años, pero la verdad es que estaba trabajando en tres. La ventaja de hacerlos así es que 'el envoltorio' lo puedes hacer absolutamente artesanal pero la parte técnica, la de conservar los helados y demás puedes aprovechar las tecnologías más avanzadas".

- ¿Cómo los recibe la gente?
- Muy bien, creo que ha sido un gran acierto, se acerca mucha gente a ver el carrito... y algo comprara; pero además de eso nos llaman para bodas, para eventos, en restaurantes, que quieren contar con la presencia de nuestros helados... en nuestro carrito.
- ¿Son todos iguales?
- No. Hay cinco iguales y uno de bicicleta que seguramente es el que más llama la atención.

En invierno mantienen uno fijo en Astorga y en verano "la flota de carritos volantes" recorre la provincia, en fiestas patronales, romerías, corros de lucha u otras manifestaciones que concentren gente "y haga calor"; aunque Nano Yuste reconoce sus preferencias. "A mí me gusta más ir para la montaña, aunque podría parecer que hay más calor 'por debajo' de León, pero tal vez sea una querencia personal, como me gusta ir a los corros de lucha, son a buena hora para los helados y en los meses de más calor".

- ¿Son buen negocio?
- No te voy a negar que la heladería funciona económicamente pero da mucho trabajo, hacemos una o dos tandas diarias de helados, artesanos, hay que mover los carritos... y lo hacemos la familia, mi mujer, los hijos, yo; y es muy estacional, nada más que pasa el calor, volvemos a lo nuestro de siempre, el queso, el yogurt... Coladilla.

También los sabores y el factor artesanal son otro de los ganchos de Heladería de Coladilla. "Trabajamos los sabores tradicionales —vainilla, chocolate, avellana, nata, fresa, leche merengada— que tienen la misma base de todos los helados y que nosotros hacemos con leche de nuestras vacas; pero incorporamos otros sabores fruto de experimentar, como el como el de queso fresco con arándanos o el de yogur con limón, que hacemos con nuestro queso y nuestro yogur, pero también cuidamos mucho los otros elementos, los que llevan frambuesas son de Tabuyo del Monte, la vainilla es natural aunque cuesta un dineral pero no podemos tirar por la borda nuestra idea del producto", en cuya etiqueta jamás verás conservantes, antioxidantes, etc, "por eso hacemos los helados cada día".

- ¿El sabor más demandado?
- Chocolate, sin duda. Ten en cuenta que nuestros grandes clientes son los niños y el chocolate sigue siendo el rey. Si de los otros sabores llevamos tres unidades, de chocolate llevamos cinco. Y el resto están igualados, que ya se sabe que para gustos... colores; nunca mejor dicho.

Y en la cabeza de Nano Yuste ya fluyen nuevas ideas, más bien están bastante adelantadas. "La que más me ocupa ahora es una heladería de energía solar, que también se podría llevar por los pueblos 'sin necesidad de enchufe'. Una especie de full track, para entendernos, pero en helados, artesanales, de energía solar...

Y "De Colladilla".