Pijadinas de poca índole

Pues estos días a los de la Ruralidad del Grupo de Filósofos de lo Rural Sin Obra Publicada y las Filósofas en Bata Guateada para salir al Panadero se nos está cayendo el alma a los pies al comprobar las penas del mundo más allá de lo que son los nuestros dominios con el ojo: los Chacutines, el Canto del Espinadal, So las Peñas, la Majada del Moro Quil, Machacao y hasta las irreverentes peñas que nuestros antepasados bautizaron por su forma singular como Los cojones del Caminero, ya fallecido por otra parte, el caminero quiero decir.

¿Qué si nos trae de cabeza la España vaciada y esas maturrangas que se van apagando después de las monicipales? pues le verdad que no, menudencias que dicen los boletines informativos y pijadinas de poca índole, que decía nuestro santo Fundador, está como nunca, Fundador.

A resultas del turbión de darnos en leer los periódicos en los bares, que es mucho más barato, pues que te enteras de que las desgracias del mundo son terribilisimas.

Sin ir más lejos, que hay que volver y la gasolina sube todas las semanas. Hoy mismo, a la hora del vino, ponía el periódico que un hijo de la Duquesa de Alba, que tiene caballos, se queja de que no tiene ni pacas de hierba que llevarles al gañote a los pobres animalicos. Con lo que nosotros somos de la Casa de Alba, que cuando se le desencajó la cadera a la Duquesa madre, dicen que de los meneos que le metía el funcionario, le mandamos al Pedáneo de Almuzara con la gaveta y el cementocola y le hizo un apaño que aquello quedó estañado para toda la vida y cien años más y que salte el Cristo yacente que le tiraba por la silla lo que le de la gana, como si se tira de la mesita a barrigazo.

Pero, ¿cómo puede soportar el mundo tanto sufrimiento? Un hombre que sale en el Sálvame sin yerba que llevarle al gañote de sus caballos. Claro que aparece Arsenio, que no es nada romántico, y dice: «Pues que la siegue, como todo hijo de vecino, que praos es lo que le sobran».

Quisió. Igual tiene razón.