Pijadinas de alabanciosos

Hay furfuga en el Grupo de Filósofos de lo Rural Sin Obra Publicada (aquí, la verdad, las Filósofas de lo Rural en Bata Guateada al Salir al Panadero se desmarcan un poco) con el asunto este del funeral que televisaron incluso por el UHF, que antes estaba solo para cosas serias. Que estaban con la maturranga las 24 horas del día incluso en el canal que televisa el curling, que tiene aceptación en la ruralidad pues cuando alguien quiere dar la impresión de que es un ser especial —se dice así a los raros— coge y a la hora del vino se pone a hablar del torneo de curling que estuvo viendo la noche anterior.

- No lo vi, estaba viendo los anuncios del Jeff Stender (el alargapichas, en castellano); es el peligro que corres que te digan cuando se pones extraordinario con lo tuyo.

Pues ni el canal del curling dejaron sin entierro; yo creo que el único que se salvó es el que tiene a Cuéntame en bucle, que ése no lo van a quitar más que cuando muera Franco ¿o ya murió? Igualse nos pasó, con tanta cosa.

El caso es que la furfuga viene de que esto del entierro, dice el filósofo presidente An Gelillo—de orientación china en sus pensamientos, como se puede deducir del nombre— son «pijadinas de alabanciosos», que venga a darse a valer con 10 días de maturranga y pelucas. Quince días tuvimos en el pueblo a Don Rafael sin enterrar sin tanta tontuna, que no lo televisamos en las filminas de la catequesis. Dio en nevar y como antes les había dado por poner el cementerio lejos cuando llegaban espalando al cementerio pues ya se había cegao el camino por la otra parte, la de la casa de don Rafael, y el curón —que era hombre cura, de ahí el don— otra vez para el corral, a enterrarlo entre la nieve para que no se fuera a descomponer, que ya son ganas de gastar dinero lo de forrar a la difunta con plomo, cuando, si no nevó, la podían meter en hielo como en las pescaderías y hasta se le bajaría un poco el colorao del Larios, o lo que se beba el Guesmister.

Pijadinas de alabanciosos.