06/09/2022
 Actualizado a 06/09/2022
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Sinceramente, nunca supe a ciencia cierta el por qué las piernas de las mujeres suscitaban tanto interés entre los hombres. En los años de la niñez, y al pasar una mujer, te decían: mira que buenas piernas tiene esa chica y te quedabas mirando por ver si tenía algo diferente al resto de las partes del cuerpo. Hasta tal punto se siente admiración por las mismas que hasta si hicieron canciones dedicadas a ellas, resaltando su belleza. En mi memoria se encuentra el recuerdo de algunas de las canciones dedicadas al interés que entre los hombres suscitaban y que la radio emitía, porque poca gente tenía tocadiscos, entre ellas: ‘Las piernas de Carolina’ cuyo estribillo decía: «que lindas piernas tiene Carolina, ni son largas ni son cortas ni son gordas ni son finas», que popularizara Maruja Lozano. Al mismo tiempo, y aprovechando la popularidad de la actriz- cantante alemana, Marlene Dietrich, se decía en las tertulias de mayores que sus piernas las tenía aseguradas en un millón de pesetas de la época cada una, lo cual era aprovechado por los resquicios que la censura permitía, en cuanto al erotismo, dando lugar a comentarios algo subidos de tono, según como se entendieran, en unos años en que casi todo estaba prohibido o era pecado. Dichos comentarios que, en cuanto la célebre actriz de entonces se hacían, iban dirigidos a un final jocoso y, como no, con la carga erótica que el hablar de las piernas femeninas conllevaba, y que decía lo siguiente: «Marlene Dietrich, entre las dos piernas, tiene un tesoro», con lo que al emplear el doble sentido la cosa quedaba más presentable entre la sociedad de aquellos años. Aunque era una mujer que tenía encandilados a los hombres que asistían a todas sus películas, cuando la mayoría se rodaban en blanco y negro, y que yo seguí sin entender del todo el interés que suscitaba solamente porque decían lo de las bonitas piernas, cuando por aquel entonces se prodigaban otras actrices muchísimo mas guapas pero que, claro, a lo mejor tenían perores piernas. Lo cierto es antes de sentir el despertar de la pubertad, nosotros lo que tomábamos como modelo eran a las actrices más guapas; Ava Gardner, Elizabeth Taylor y un largo etcétera, dándole mas importancia a las caras que… a lo otro.

Esta columna va dedicada a Eduardo Aguirre, amigo periodista con buena pluma y fina ironía que, entre otros muchos méritos, tiene el de mantener el interés, entre los de antes y los de ahora, por inculcar la lectura de el Quijote con sus versiones personales, sin dejar atrás los conocimientos que, sobre piernas y pechugas atesora.
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