Piedras que esperan ser otra vez palacio

La Casa Palacio de los Allende de Burón permanece desmontada piedra a piedra desde poco antes del cierre del pantano de Riaño

Fulgencio Fernández
13/08/2017
 Actualizado a 19/09/2019
El edificio, muy familiar en el paisaje urbano para los vecinos, llama la atención de visitantes y turistas que se dirigen hacia Ancares. | D.M.
El edificio, muy familiar en el paisaje urbano para los vecinos, llama la atención de visitantes y turistas que se dirigen hacia Ancares. | D.M.
El pantano de Riaño aún tiene muchas cuentas pendientes. Regantes del sur de la provincia que aún esperan el agua, explicaciones... ¿y la casa palacio de los Allende de Burón? Pues también ella, pues el singular edificio de principios del pasado siglo (1917) por el vecino que había sido de este pueblo, donde había nacido, Tomás Allende y Alonso. Poco antes de que la presa se cerrará definitivamente la casona palacio fue desmontada piedra a piedra y cada una de estas numerada para ser reconstruida con el tiempo, al igual que otros edificios de este valle.

Pero ha pasado el tiempo y aquellas piedras no han vuelto a ser palacio, aunque los vecinos aún sueñan que algún día sea una realidad, pero han sido tantos los desengaños que sigue en el territorio de los sueños.

Las piedras numeradas allí tiradas parecen una denuncia del olvido de viejas promesas  La idea que pareció calar con más fuerza, en la época del gobierno del leonés Rodríguez Zapatero, fue la de utilizar la casona palacio para levantar allí unparador de turismo que viniera a ocupar el lugar de otro que ya hubo en el valle y también fue destruido, éste antes del pantano, el añorado Parador Nacional de Riaño, aquel que muchas fotos recuerdan que acogió las vacaciones de, por ejemplo, los reyes Balduino y Fabiola. Pero tampoco llegó a ser nunca una realidad.

La última promesa, de enero de este mismo año, también iba por ese camino del turismo. Llegaba de la Junta de Castilla y León, concretamente del catálogo de actuaciones que en materia de turismo presentó en la Feria Internacional Fitur. Allí se afirmaba que «entre las iniciativas para alojamientos singulares, se han seleccionado varios edificios históricos entre los que estaría el Palacio de los Allende, de Burón, que ha sido el elegido para su rehabilitación y que será reconvertido en un alojamiento de carácter exclusivo».

Se parece mucho a lo del Parador pero no se ha vuelto a dar ninguna noticia de que se haya avanzado en ninguna dirección. Mientras tanto las piedras tiradas en una pradera son pasto de las ortigas y, lo que es peor, van desapareciendo poco a poco... o mucho a mucho.
Se trata esta casona palacio de los Allende de un espectacular edificio levantado por el citado Allende y Alonso con una doble influencia, por un lado siguiendo el reconocible estilo de los palacios indianos pero también se inspiró en una construcción mucho más cercana, el palacio de los Gómez de Caso, del siglo XVII, en la misma localidad de Burón. Este proyecto se lo encargó a uno de los arquitectos más prestigiosos de la época, Manuel de Cárdenas.

Se dijo que sustituiría al demolido Parador Nacional de Riaño, pero aquel proyecto quedó en nada La descripción que del palacio hacen los técnicos de la llamada Lista Roja del Patrimonio de Hispania Nostra, en la que está incluido como no podía ser de otra manera, dice que «El palacio estaba construido con piedra caliza azulada, labrada a sillería en esquinas y vanos. Dotado de llamativos arcos de piedra y un corredor. Cabe destacar la grandeza de sus cinco arcos, complementados por cuatro vierteaguas tallados en piedra. También, la amplitud de sus estancias y salones, con inmensos ventanales y magníficas chimeneas. Sin olvidarnos de sus suelos de mosaico y la decoración de sus pasillos de azulejo, con zócalos y jambas vitrificadas». Y entre los riesgos que acechan a sus restos señala el más evidente, «el expolio», que, por cierto, ya se ha producido.

Tomás Allende fue un vecino de Burón que forjó fortuna emigrando a Bilbao. Con tesón, ytambién un buen matrimonio, llegó a diputado en Cortes y senador por León y Soria, puso en marcha diversas empresas dedicadas a la industria del carbón, a la vez que se convertía en accionista y presidente de bancos y de compañías ferroviarias. Llegó a ser una de las más importantes fortunas de España, como lo prueba su espectacular casa madrileña (con azulejos de Zuloaga y retratos de familia encargados a Sorrolla.

Tomás Allende y Alonso nunca se olvidó de su pueblo y regresó a su casona palacio, hasta su muerte en 1935. Ahora quien ha muerto es el propio palacio, aunque sueños hay.
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