Piedras contra tu tejado

12/04/2019
 Actualizado a 12/09/2019
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Es complicado tirarse más piedras contra tu propio tejado de lo que hace el balonmano. En un mundo tan competitivo para atraer al espectador como es el de los deportes que no son el fútbol, o más bien de todo lo que no es Barcelona y Madrid, cada detalle y decisión que tomes sobre tu liga influye en que consigas enganchar a más gente en los pabellones o delante del televisor.

Y los clubes pueden trabajar para conseguirlo todo lo que quieran, pero necesitan que no se pongan palos en las ruedas, como en la última Copa del Rey. Con el tema económico como única razón para elegir sede, te llevas el torneo a un paqueño pabellón de una ciudad sin equipo participante y mantienes esa compresión de los cuatro cuartos de final en un día, con esos horarios tan apetecibles para un viernes laborable de las dos de la tarde y las cuatro y cuarto.

¿La consecuencia? Una pésima imagen de público en la grada y un paso atrás en una competición que puede ser muy vendible. A eso le sumamos que el cambio de operador de televisión convierte en imposible ver muchos partidos (sin que se corte 10 veces por minuto) en la aplicación de La Liga, que ya damos como algo normal aunque ni mucho menos lo sea que la competición pare dos meses cada invierno para la disputa del torneo internacional de turno, la locura de los días y horarios...

O los ‘mandamases’ del deporte se sientan e intentar hacer algo, o cuando quieran hacerlo quizá ya sea muy tarde.
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