Junto a un garaje, en una "zona retirada y sin tránsito de personas", el procesado comenzó a decirle a la chica "que se liara con él", "que no pasaba nada", "que le besara", a lo que ella contestó que no. En la exposición de los hechos que relata el fiscal, incide que el procesado, a pesar de la negativa de la chica, "no cesó en sus intenciones" y "con ánimo libidinoso" le bajó los pantalones, la agarró del brazo, la sujetó fuertemente y la puso de espaldas "para penetrarla vaginalmente en contra de su voluntad en varias ocasiones sin llegar a eyacular, a pesar de que no cesaba de decirle que no lo hiciera".
A consecuencia de los hechos la chica presentaba diversos hematomas en el muslo izquierdo, dos hematomas evolucionados en el brazo izquierdo y una excoriación en costra en la pierna derecha, además de un área de excoriación ya cicatrizada sin costra junto a la anterior, una excoriación en la rodilla izquierda y una equimosis de succión en la parte derecha del cuello de fecha reciente.
Daños morales y lesiones
Para la Fiscalía los hechos narrados son constitutivos de un delito de agresión sexual por el que pide para el procesado la pena de siete años de cárcel. Además, considera que debe indemnizar a la mujer por los daños morales causados en la cantidad de 2.000 euros, cifra a la que cree que habría que sumar otros 500 euros por las lesiones ocasionadas.
Además de reclamarle siete años de prisión, el fiscal estima que debe imponerse al acusado la medida de libertad vigilada con posterioridad a la condena de cárcel por un tiempo de cinco años, así como la prohibición de acercarse a menos de 500 metros a ella, a su domicilio, lugar de trabajo o cualquier otro donde se encuentre, o de comunicarse con la chica por cualquier medio por un tiempo de cinco años superior a la pena de prisión.